Al quinteto ‘quillero’, actual bicampeón de Colombia y el segundo mejor de Sudamérica, también le ha golpeado duro la poca recepción que ha tenido de la afición barranquillera.
Por: Iván Peña Ropaín.
Literalmente, un mazazo se llevó el deporte barranquillero al conocerse la lamentable noticia relacionada con que la ciudad se quedará sin representante en el baloncesto profesional colombiano para este segundo semestre de la temporada 2024, en la que su quinteto Titanes de Barranquilla haría la defensa del bicampeonato que ostenta.
El hecho se conoció la tarde del jueves de manera extraoficial, confirmándolo horas después, a través de un comunicado de prensa, el propio equipo de basketball, el cual, con los nueve trofeos que suma en su historial, siete de ellos en línea, es el más ganador en la nueva era de la ‘pelota naranja’ patria.
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Entre las razones primordiales que dieron sus directivas, en cabeza de Alberto Caparroso, presidente del titánico ‘currambero’, hay dos que pesaron bastante. La primera, consecuente esta por la División Profesional de Baloncesto Colombiano (DPB), y la segunda, por la propia hinchada ‘quillera’ amante a esta disciplina deportiva.
Concerniente al primer ítem, el dirigente Caparroso sostuvo que al cambiar la DPB el sistema de juego, pasándose a dos ligas al año, ello apretó, en palabras castizas, los proyectos de financiamiento de varios de los quintetos participantes, situación que también ha llevado en el trasegar desde el año 2021, cuando se cambió el formato, hasta la fecha, a retirarse a otros clubes o dejar de participar en torneos.
Al respecto, el máximo dirigente de Titanes de Barranquilla sostuvo: “El primer semestre fue muy complicado para nosotros (Liga-I 2024), la Liga se alargó bastante y tuvimos que invertir más recursos de los que teníamos presupuestados y, para rematar, la Liga siguiente no nos daba ni 60 días para organizarnos”.
En torno a ese punto, Alberto Caparroso igualmente precisó que esa falta de tiempo les acortó el margen hasta para el proceso de renovar ante el Ministerio de Deporte el reconocimiento deportivo que se les vence prontamente.
No desaprovechó para “mandarle un dardo” a la DPB sobre el sistema de negocios que vienen manejando y el que, diciéndolo sin tanto circunloquio, perjudica a la mayoría de los quintetos: “Toda esta coyuntura nos permite hacer un balance, un alto en el camino para analizar también ciertas cosas del modelo de negocio, el cual consideramos hay que revisar, que hay que discutir”.
Caparroso no se quedó callado con un tema que preocupa a varios quintetos y que tiene que ver con los derechos de televisión de los partidos que han contado con la difusión desde ligas atrás hasta la última, estos por los distintos canales del medio deportivo-privado Win Sports. “Por ejemplo, esos derechos son comercializados y es la hora y no se ha percibido nada de dinero, tampoco se ha percibido un peso por los logros deportivos conseguidos localmente, ni tampoco por representar a Colombia a nivel internacional”, anotó.
Acto seguido, tocó el factor dos, este el concerniente al bajo interés de la afición barranquillera para con Titanes, no solo en el tema de la compra de indumentarias que sirven para financiarse, sino al momento de comprar las boletas para acudir a los partidos que se dan en el Elías Chegwin de Barranquilla, muy a pesar de que este quinteto también es el actual subcampeón de Sudamérica, jugando la final de la Liga Sudamericana Uruguay 2023 con Instituto de Córdoba de Argentina.
“Nos preocupa bastante que la venta de boletería no crece, esta es muy baja, salvo en las finales, pero en la temporada regular no se vende casi nada, todo es regalado”.
Por último, Alberto Caparroso reconoció, al tiempo que agradeció, que aunque se ha contado con el apoyo de la Alcaldía de Barranquilla, de la Gobernación del Atlántico y de la empresa privada como Tecnoglass, en cabeza de Christian Daes, el músculo económico no ha sido suficiente por el fuerte gasto que obliga hacer a los quintetos profesionales colombianos el sistema de financiamiento y el formato al que apela la DPB.
