La víctima había salido hace pocos días de un centro de rehabilitación ubicado en Baranoa.
Como William Rafael Mendoza Guerra, de 25 años, fue identificado el hombre asesinado con varios impactos de bala alrededor de las 12:20 a. m. de este 16 de marzo, en la calle 93 con carrera 9B, barrio Evaristo Sourdis, en límites con el barrio El Bosque, en Barranquilla.
“Yo estaba durmiendo cuando sentí el primer disparo y cuando oí los otros disparos dije a mi compañero: ‘Me mataron a William’; después, me tocaron la puerta y le dije: ‘Viste, viste, me vienen a avisar que me mataron a mi hijo’, y así fue, no sé si es verdad que discutió o no porque yo no lo vi”, contó Érika Mendoza, madre de la víctima.
El domingo pasado el joven había cumplido 15 días en un centro de rehabilitación ubicado en Baranoa, al cual lo llevaron sus padres para que superara su adicción a las drogas; sin embargo, el jueves 11 de marzo decidió no continuar allí y regresar a su vivienda. Dicho centro era el segundo lugar donde lo internaban.
“Me dijo que no me preocupara, que iba a cambiar, porque él andaba durmiendo en la calle y yo le dije que no lo quería ver más así, él me dijo que no me preocupara, que no lo iba a ver más así porque iba a poner de su parte, a cambiar y trabajar”, agregó la mujer.
Los familiares no tienen certeza sobre lo sucedido, aunque personas del sector les han dado pistas de los hechos. Esto narró la madre del hombre:
“Él había estado tomando con unos amigos, yo sentí los disparos en mi casa y cuando el carro arrancó. Me dicen que él venía por la calle cuando el vehículo iba pasando, se cruzaron y él como que tuvo unas palabras con uno de los tipos que venían en el carro y dicen que uno de ellos sacó un arma y le dio. No sé quiénes fueron, yo no tuve valor ni de llegar donde él estaba”.
La progenitora de William pide que se haga justicia y que las autoridades logren la captura de los responsables; no obstante, sabe que a su hijo le pudieron pasar factura problemas pasados.
“Él tenía un tiempo que no hacía nada en la calle, pero de pronto hizo cosas anteriores y yo no puedo señalar a nadie porque no sé”, expresó Mendoza.
Por su parte, Ivonne Castro, prima del occiso, contó sobre los hechos: “Él no estaba haciendo nada malo sino que se puso a tomar y venía caminando por ahí cuando pasó eso. No fue riña porque si hubiese sido así nos hubiésemos levantado, lo único que sentimos fueron los impactos de bala”.
A diferencia de la madre, quien presintió que su hijo era a quien habían asesinado, Ivonne no se esperó encontrar a su primo sin vida. “Cuando salí para allá, pensé: ‘Ay Dios mío, ¿a quién matarían?’, miré para allá y vi a mi primo tirado ahí, estaba boca abajo“, contó Castro.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
