El goleador “colgó los guayos” y se aferró a los libros y al estudio en el Centro Inca.
Por: Iván Peña Ropaín.
Uno de los poquísimos jugadores que en el último tiempo se robó el corazón y se ganó el respeto de la hinchada juniorista por su entrega y disciplina fue el chocoano Carmelo Valencia, de 38 años, quien a finales del año pasado decidió retirarse del fútbol profesional, casualmente, vistiendo la casaca del consentido de ‘Curramba’.
Una vez dio este paso en su vida y se tomó unas semanas de descanso con su familia, el popular delantero nacido en ‘Tutunendo’, corregimiento de Quibdó (Chocó), empezó a proyectar su futuro cercano, el cual no estaría alejado ni del fútbol ni de Barranquilla, ciudad que le ha profesado un gran afecto por la deferencia mostrada hacia el Rojiblanco durante las tres temporadas (2020, 2021 y 2022) que estuvo, levantando la Superliga 2020 gracias a su gol convertido en el Pascual Guerrero al América de Cali.

Inicialmente se había manifestado que Carmelo, quien marcara 21 goles en 121 partidos que jugó con la de Junior puesta, se encuentra laborando en un proyecto de formación futbolística a poner en marcha en la que ha llamado “su amada Barranquilla”, y el cual irá direccionado hacia niños y jóvenes.
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Pero sus deseos de proyección no se han quedado ahí. Aprovechando que está radicado en la capital del Atlántico, se conoció que ‘Tutu’, como fue apodado también en el mundo del fútbol, ha ingresado a estudiar en el Centro Inca (sede Barranquilla) para validar desde sexto grado el bachillerato, cobijado por una modalidad que le permite hacer dos cursos por año y que, si todo sale bien, le otorgará la opción de graduarse en 2025.
Diariamente, Carmelo Valencia asiste a clases en compañía de estudiantes de 14, 15 y 16 años, con la firme intención de ser bachiller e iniciar estudios profesionales de Administración de Empresas, demostrando que nunca es tarde para convertir goles y hacer realidad los sueños.