Tanto la federación de ese país europeo, como otras que aplicaron la misma actuación, se escudan precisando que fue una indicación FIFA.
Por: Iván Peña Ropaín.
Pese a que el fútbol femenino a nivel profesional en el mundo ha venido ganándose un espacio interesante en esa lucha por lograr una equidad de género con el masculino, todavía existen situaciones relacionadas con la enorme desigualdad en temas de salarios, de la continuidad de los torneos, de discriminación, de actuaciones que atentan contra su pudor y, lo que sería más delicado y repudiable, de denuncias que tienen que ver con abusos sexuales.
Referente a temas sexuales, un escándalo estalló la mañana del miércoles 14 de junio en Suecia, cuando en una confesión la exfutbolista de ese país Nilla Fischer señaló que a ella y otras de sus compañeras de Selección “nos tocó mostrar nuestros genitales al cuerpo médico para poder asistir al Mundial Alemania 2011″.
La exjugadora, de 38 años, en el libro que salió a la luz pública también anexó que lo peor de todo fue el ser obligadas, por parte de dicho cuerpo médico de ese seleccionado europeo, a pasar por una especie de prueba de verificación de sus partes íntimas para cerciorarse que en realidad eran mujeres.
“Nos dijeron que no deberíamos afeitarnos ahí abajo en los próximos días y que le mostráramos nuestros genitales al médico. Nadie entiende lo de afeitarse, pero hicimos lo que nos dijeron. Pensamos, ¿cómo llegamos a esto? ¿Por qué nos vemos obligadas a hacer esto ahora?”, se lee en un aparte del libro en el que Fischer relata lo que vivieron de cara a esa competición mundialista.
En su experiencia personal, quien se desempeñaba como defensora central, agregó, entre otras develaciones: “Me bajé los pantalones de entrenamiento y la ropa interior al mismo tiempo. El fisio asintió y dijo ‘sí’, y luego miró al médico que estaba de espaldas a mí. Tomó nota y avanzó para llamar a la puerta de al lado”.
En uno de los alegatos emanados desde la dirigencia deportiva en Suecia, una vez se conocieran estas polémicas afirmaciones en el libro de Nilla Fischer, se indicó, certificando que sí sucedieron tales situaciones que atentaron contra la intimidad de las futbolistas de ese seleccionado femenino de 2011, que la autorización dada al cuerpo médico para revisar las partes íntimas de las jugadoras de ese seleccionado se debió a que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) había establecido un cambio en sus políticas de reconocimiento de género, pues para aquella época la Selección africana de Guinea Ecuatorial estuvo en el ojo del huracán por dichos rumores, por lo que todas las selecciones participantes en el Mundial del 2011 fueron sometidas a esas pruebas.
Al destaparse esta conducta de cara a esa Copa Mundo, todavía se desconoce qué métodos utilizaron otras selecciones para acatar las normas del ente rector del fútbol mundial.
