Al delincuente no le importó que entre los diez comensales, había miembros de una iglesia cristiana y dos menores de edad.
Indignadas están las víctimas de un atraco registrado en la noche del martes 25 de julio en la avenida 11 de Noviembre con calle 53, en el barrio El Prado, frente al teatro Amira de la Rosa en la localidad norte-centro histórico de Barranquilla, no solo por el hecho delictivo del que fueron blanco, sino por el poco apoyo que, según denuncian, les brindó la Policía.
En entrevista para Impacto News, una de las víctimas del hecho contó detalles sobre lo sucedido en la heladería y pizzería: “Éramos ocho adultos y dos menores, teníamos una reunión porque planeábamos hacer donativos a una iglesia cristiana, allí estábamos miembros de la misma y algunos éramos familiares”.
De acuerdo con el relato del hombre, el delincuente ingresó a la terraza del establecimiento, 20 minutos después de que él y sus acompañantes lo hicieran: “Estábamos ordenando, él entró como un cliente normal, nosotros nos habíamos quedado en la parte de afuera del establecimiento, él caminó hacia una mesa que estaba vacía, pensamos que se sentaría allá y fue cuando sacó el arma y nos apuntó sin importarle los menores”.
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— Impacto News (@ImpactoNewsCol) July 26, 2023l Al delincuente no le importó que entre los diez comensales, miembros de una iglesia cristiana, se encontraran dos menores de edad.
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Tras robar doce celulares en total, el hombre salió del sitio y abordó una motocicleta Ax4 negra. “En la heladería y pizzería estaba era un encargado, llamó al administrador y la primera vez le contestó, pero después ya no respondía, no nos querían mostrar el video de la cámara de seguridad, solo lo hicieron cuando llegó la Policía a tomar las declaraciones, como 15 minutos después del hecho”, agregó el denunciante.
Los delincuentes se llevaron teléfonos iPhone, Samsung y Xiaomi, el ciudadano pidió a las autoridades brindar más seguridad a los negocios en el sector y atender las denuncias de la comunidad. Finalmente, dijo:
“En la madrugada de hoy encendieron uno de los teléfonos, hicimos llamadas, pero no respondían. En la Sijín no atendieron al propietario y en la central de la Policía dijeron que no pueden hacer nada, pese a que el dispositivo, que es un iPhone, no ha sido apagado y arroja la ubicación de donde está, en el barrio Rebolo“.