“Él trabajaba ahí, pero no sabemos más nada de lo que pasó”: familiares del hombre piden claridad sobre el hecho trágico.
Los familiares de Arneis de Jesús Meléndez Jirado, apodado como Heiner, de cariño, siguen preguntándose qué pasó en la mañana de 3 de diciembre en la finca Don Pedro, ubicada en el kilómetro 3, Vía del Algodón, jurisdicción del municipio de Piojó, Atlántico.
Del lugar, varios hombres sacaron a Arneis de Jesús, de 24 años, quien registraba quemaduras en varias partes de su cuerpo, lesiones que sufrió, al parecer, tras un accidente mientras maniobraba una caldera.
“Hace un año llegó a esa empresa, empezó trabajando durante tres meses, hasta que se terminara el contrato y después lo volvían a llamar, pero últimamente lo habían agarrado fijo y llevaba cinco meses”, contó una tía de Arneis.
El hombre se dirigió a su lugar de trabajo el viernes 2 de diciembre, pero no regresó a casa, sino que continuó allí hasta el sábado 3, día en que ocurrió el insuceso cuyas secuelas le terminaron causando la muerte el 6 de diciembre.
“A nosotros solamente nos indicaron de que fue un accidente maniobrando la caldera, pero no sabemos más nada. Ni el dueño de la empresa se ha presentado, a mi hermana la llamó un señor, que no sé si era dueño o administrador, quien dijo que para lo que se necesitara ahí estaba él, cuando íbamos a llamar el número era privado, aunque después llamó y se contactó con mi hermana”.
Pese a que una persona se habría comunicado a nombre de la empresa con los familiares del difunto, para estos no es suficiente, ya que piden una investigación por parte de las autoridades al considerar que allí se expone la seguridad de sus trabajadores.
“En esa finca antes ya habían sucedido otros accidentes. Mi sobrino no tenía seguro ni ARL. No nos entregan más detalles de lo que sucedió. Aunque lo llevaron a la Clínica Santa Ana de Dios y él entró hablando, no le pregunté qué había ocurrido porque me dijeron que no podía agitarlo y él solo decía que quería ver a su hija, a su esposa, sin embargo, el domingo que le hicieron la cirugía para desprenderle la piel que estaba dañada, lo intubaron y ya no sabíamos si él hablaba. No nos entregaron ni la historia clínica ni nada”, agregó la mujer.
La tía de Meléndez Jirado agregó que este “no tenía malos vicios, le gustaba el fútbol, tenía una niña de cinco años, vivía con su esposa y se iba a graduar el 15 de diciembre; además, era pescador”.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle