El padre se ha enfrentado a los golpes con el adolescente y teme que al dejarlo en casa le haga daño a su mamá.
Mélida Rosa Valencia levanta hoy su voz desde el barrio El Bosque, en Barranquilla, para pedir ayuda contra la adicción a las drogas que tiene a su hijo de crianza convertido en un ser violento.
El corazón de esta madre, hecho trizas y sin consuelo, pide solidaridad para quienes puedan orientar a su familiar, con el fin de sacarlo de ese mundo oscuro.
“Ayúdenme, porque él lo que tiene son 15 años”, dice la mujer con la voz quebrantada, mientras saca valor para contar lo que está viviendo. Al parecer, el consumo de drogas llevó al adolescente a no poder controlar sus acciones, a tal punto de tratarla mal, atentar contra los objetos de la vivienda y golpear a su padre.
El clamor de una madre a Dios: “Quiero que él salga adelante”
La situación se ha convertido en un infierno en el cual Mélida sufre diariamente, sin embargo, su amor le impide rendirse y le da ánimos para luchar por salvar la vida de su hijo. Ella no sabe qué hacer, y por ello, quiere que alguien la guíe, ilumine su camino y mire hacia ese menor que tiene toda una vida por delante.
“Tengo un problema con un nieto que es como mi hijo, porque yo lo crié desde el año y dos meses, el problema es que él está consumiendo drogas, me coge las cosas, me las vende, cuando se pone agresivo viene contra mí, me pateó los chismes, me pateó la nevera 3 veces, la lavadora me la ha pateado y me tira las cosas, hasta lo último que llegó y es que casi no tiene ropa porque la rompe”, relató la mujer.
También, expresó: “Se ha puesto agresivo que ya no lo puedo aguantar más, yo sufro de la presión, de artrosis y yo quiero que me ayuden con mi hijo, no quiero que mi hijo se pierda, necesito una ayuda, colabórenme, se los pido en el nombre de Dios, que no quiero que mi hijo se pierda en las drogas”.
Esta problemática se viene presentando desde hace aproximadamente 2 años. A partir de esa fecha las actuaciones violentas del adolescente empezaron a agravarse. “Ahora ya se ha puesto peor, más agresivo que antes, viene pateando las cosas, echando malas palabras, me trata mal y llegó a pegarle al papá, un vecino tuvo que pegarle para que lo soltara”.
Luego de ese altercado la Policía Metropolitana de Barranquilla se llevó al menor. Aunque a Mélida Rosa no le ha pegado, en varias ocasiones ya se había dado golpes con su papá. “A mí me da nervios y yo tengo que salir para donde mi hermana corriendo y me duele lo que le pasa a él”, dijo la mujer.
Esta abuela paterna y madre de crianza añora que su hijo no se quede atrapado en las drogas. “Yo quiero que él sea un niño que siga adelante. Lo he puesto en el colegio y se me sale. Últimamente, lo puse en un colegio en la iglesia evangélica y nada más fue un solo día”.
El menor no vive con su progenitora porque según cuenta Mélida, esta lo abandonó cuando tenía 1 año y 2 meses, al igual que a su hermano menor, quien está bajo el cuidado de una sobrina de la abuela.
“No pensé que mi hijo se pusiera a pelear conmigo”: padre del adolescente
Héctor José Bocio es el padre del menor, quien también se ha encargado de su crianza, pero con el cual ha tenido varios inconvenientes pasados de las agresiones verbales a las físicas.
“No pensé que mi hijo se pusiera a pelear conmigo, a parárseme, de que yo le hable y me salga con groserías, siempre tiene un rabia contra mí, no sé porque yo no lo trato mal, todo lo que me pida se lo he dado, porque así como quiero al otro lo quiero a él, no sé qué pensamientos tendrá en su cabeza”, manifestó.
Bocio también pidió ayuda para su hijo: “Yo no le tengo rabia, lo quiero, lo amo, como amo al otro, necesito la ayuda de todas las personas porque yo no quiero estar maltratándolo, ni de palabras ni de golpes, ya varias veces se me ha parado, y me ha tocado golpearlo”.
El hombre teme que pueda suceder una tragedia. “Temo que yo le vaya a dar un palazo y me venga a arrepentir después, a llevarme un remordimiento de esos”, indicó.
En ocasiones anteriores el menor ha iniciado procesos de rehabilitación con sus familiares, pero ha vuelto a retroceder. “Estoy sin trabajo, ya gracias al que está allá arriba la otra semana comienzo a trabajar, pero me da miedo dejarlo aquí y que le vaya a salir con groserías a mi mamá o le pegue”.
Actualmente, el adolescente está en un CAI dado que la última vez intentó atentar contra su padre con un cuchillo y una piedra que tenía en sus manos. Los vecinos intervinieron y lo golpearon, por ello, la familia está destrozada y la situación fuera de control.
Informe: El Ojo de la Calle-Alexander Ojito y Laura Rocco.