“Siento que la menopausia está tocando a mi puerta. El calor que normalmente se siente ahora, es tres veces más intenso; parezco recién bañada todo el día”.
Cuando comencé a escribir, lo hice con la intención de hacer catarsis de mis situaciones para intentar canalizar mis emociones, algo que siempre me ha costado.
Pero el tiempo, la madurez y una pastilla, cada mañana, me han ayudado en este proceso, siendo esta la razón principal de mi ausencia en estos meses, ya que, inicialmente, tenía una recopilación de escritos, pero al acabarse, me invadió la presión por escribir y publicar cada sábado. Ahí dejó de ser divertido el tema.
Hoy, amanecí con ganas de contarles el “to be continued” de mis 40. Les compartí en ese momento que esperaba llegar a esta edad para sentirme por encima del bien y del mal, pero la realidad es que no estoy nada cerca de eso. Al contrario, decidí buscar ayuda psicológica, lo que me llevó a consultar a un psiquiatra. Ahí descubrí la maravilla de la medicación; esta me ha ayudado a tener la ansiedad bajo control y a vivir los días con un poco más de calma.
Siento que la menopausia está tocando a mi puerta. El calor que normalmente se siente ahora, es tres veces más intenso; parezco recién bañada todo el día y temo deshidratarme de tanto sudar. Mi periodo es una locura; los cólicos y los cambios de humor son como cuando me desarrollé. Además, con cualquier cosa que como me hincho, lo que me ha llevado a hacer una dieta detox para eliminar toxinas. Mis ojos parecen haber llorado toda la noche, y aunque, gracias a mis pastillas para la cabeza, me he sentido bien, mi cuerpo dice otra cosa.
Es inevitable pensar en la salud, esa idea de comer rico y no saludable, al parecer, deben desaparecer de mi vida. Mis noches de hamburguesas, carnes, pizza y postres han dejado mi estómago inflamado, como si estuviera embarazada. Y hablando de embarazo, ¿qué tal estornudar y toser? Se han convertido en un deporte de alto riesgo por los múltiples partos (3), y obvio, por los kilos de más que ahora me obligan a aumentar mis rutinas de ejercicios de Kegel. Estoy a nada de comprarme las “bolitas chinas” para intensificar la labor.
A veces me pregunto qué pensaba cuando decía que quería llegar a mis 40. Es cierto que ahora no me importan muchas cosas, ni los comentarios ni las pequeñeces, y trato de cuidar mi salud mental en medio de la crianza y todo lo demás. Pero todo esto dejó de importarme, no por la llegada de los 40, sino por todo lo que he mencionado que me distrae de esas preocupaciones.
Insisto, no estoy cerca de estar por encima del bien y del mal. Treintones, disfruten sus últimos 20, porque cuando llegas a esta edad es como “voltear la arepa”, de pronto estás bien y al día siguiente, el cuerpo lo sabe y todo empieza a cambiar.
Por último, el susto que tuve hace unos meses por unas “masitas intrusas”, resultó ser solo eso: un susto, por la alerta de un diagnóstico . Gracias a Dios, todo está bien.
Por: Catarsis, El Blog de la Queen