El ataque sicarial ocurrió en la tarde del pasado 26 de noviembre.
Siendo alrededor de las 4:00 p. m. del sábado 26 de noviembre, sicarios a bordo de una motocicleta perpetraron un ataque en la diagonal 64 con carrera 9K, barrio El Bosque, en el suroccidente de Barranquilla.
A Hidalgo Enrique de la Rosa Sierra, de 66 años, le asestaron dos disparos en la cabeza, su hijo Albeiro Enrique De la Rosa Pallares, de 41 años, también resultó herido.
Ambos fueron llevados hasta el Camino El Bosque, donde el mismo día se confirmó el deceso del adulto mayor, mientras Albeiro falleció en la noche del lunes 28.
Alexander Ojito, reportero urbano de Impacto News, dialogó con Jaisid Enrique, hijo de Albeiro de la Rosa, quien le contó: “Mi papá era una persona berraca, guerrera, echada para adelante, como toda persona comete errores en esta vida y los errores se pagan de una forma muy fea, entonces toca afrontarlo, por el fallecimiento de mi abuelo Hidalgo Enrique de la Rosa y de él la familia está muy dolida”.
El hijo del occiso, quien vive en Bucaramanga, Santander, contó que acababa de salir del trabajo cuando le informaron sobre el ataque sicarial: “Mi primo me llamó a decir que a mi abuelo y a mi papá los habían baleado, que mi abuelo estaba muy mal y que mi papá sí estaba consciente. Él estuvo consciente hasta ayer domingo, lo reanimaron, pero lastimosamente falleció”.
Aunque padre e hijo conversaban muy pocas veces, sus charlas estaban acompañadas de sentimientos de arrepentimiento por parte de Albeiro, a raíz de problemas que Jaisid no detalló por respeto a su familia.
“Casi no hablábamos, pero él me pedía perdón, me aconsejaba que fuera echado para adelante como él siempre nos había educado, auténtico, original. Pedía perdón por muchos errores que él cometió, pero él me enseñó a trabajar, a ganarme la vida honradamente, él hacía lo mismo, sin embargo, el dinero a veces no es amigo, a veces sí, pero él era una gran persona. Yo me dedico a las obras blancas, él sabía de todo, albañilería lo que le ponían lo hacía, pero últimamente no estaba trabajando porque sufría de azúcar”.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle