Tras la polémica desatada en el fútbol colombiano por esa jugada surge la pregunta: ¿No deberían tener instalada una cámara que se fije a la línea de gol?
Por: Iván Peña Ropaín.
Apartándonos de la enorme controversia desatada desde la noche del domingo anterior, debido al autogol que le otorgó al Junior de Barranquilla el 1-1 a domicilio en el duelo frente al América de Cali por la segunda jornada del cuadrangular A, esa jugada desnudó una gran falencia que tiene el Asistente de Video Arbitraje (VAR) en la Liga colombiana.
Y esa correspondió a la ubicación de las cámaras en los “distintos puntos” del estadio, uno de los aspectos por los que sacan pecho las autoridades del fútbol criollo como la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano (Dimayor) y la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) cuando hablan de inversiones económicas y modernización.
El duro golpe que recibieron al no contar con una cámara en el VAR que dejara ver con claridad que la esférica sí traspasó la línea de gol se los dio un simple celular, el que desde la tribuna Occidental-Alta del estadio Pascual Guerrero captó a plenitud la escena del alboroto.
Fue algún hincha del rojo de los caleños que, sentado en toda la línea en la que se produjo el autogol de Jean Pestana, puso en jaque a la Dimayor y a la FCF, captando con su teléfono móvil el momento en que Omar Bertel despeja la bola, pero ya cuando esta cruzó la línea de gol.
Entre tanto, las “súper cámaras” instaladas por la productora en el escenario caleño, mientras discutían el árbitro Wilmar Montaño con los del VAR, no ofrecían un ángulo limpio de esa acción de juego, la que si no es por quien la filmó desde la gradería continuaría dubitativa.




