“La solución es prohibirles entrar a los estadios”: es una de las tantas opiniones de cientos de personas que se leen en redes sociales.
Por: Iván Peña Ropaín.
Otro hecho de protesta inadecuada y violencia suscitada por las denominadas ‘barras bravas’ se dio en el fútbol colombiano la noche del martes 18 de abril, cuando integrantes de la facción conocida como ‘Holocausto Norte’ ingresó al campo e hizo detener el partido que el equipo que dicen “amar”: Once Caldas, disputaba y perdía con Alianza Petrolera.
En dicho cotejo, dado en el estadio Palogrande de Manizales y correspondiente al cierre de la fecha 14 de la Liga Betplay-I, miembros de ese movimiento ‘barrístico’ irrumpieron en el terreno de juego en los minutos finales del partido que perdía el Blanco-Blanco de la capital caldense 2-1, derrota que lo sumerge más en la crisis futbolística por la que atraviesa y que lo tiene a una corta diferencia de los puestos que envían a la Segunda División del fútbol profesional colombiano.

Muchos de los jóvenes de ‘Holocausto Norte’, encapuchados o protegiendo sus rostros con otro tipo de prenda de vestir para no ser identificados por las cámaras de video y fotográficas que estaban en el estadio, no dejaron concluir el compromiso y la autoridad arbitral declaró falta de garantías. Estando en la cancha, los ‘barristas’ empezaron a increpar a cada uno de los jugadores del Once Caldas, mientras estos, junto a los del equipo visitante, trataban de esquivarlos para resguardarse en sus camerinos con el fin de evitar alguna agresión física.
Pero los que no corrieron con la misma suerte fueron 20 personas que hacen parte de la logística de ese estadio, quienes resultaron lesionados por los desadaptados, además de cuatro integrantes de la Policía Nacional, los que por las complejas heridas tuvieron que recibir atención de la Cruz Roja.

Este nuevo hecho relacionado con ese actuar bélico que han tenido desde siempre las llamadas ‘barras bravas’ pero que en el último tiempo se manifiestan con mayor auge, se aúnan a los ocurridos días atrás en Medellín, Cali y Santa Marta, donde las barras ‘Los Del Sur’, ‘Frente Radical’ y ‘Garra Samaria’, respectivamente, se pronunciaron en protesta contra las directivas de sus equipos pero apelando a amenazas y violencia.
Como se recordará, en el Atanasio Girardot de Medellín ‘barristas’ no permitieron que su equipo disputara el choque por la fecha 14 de Liga ante América de Cali, generando fuertes enfrentamientos con la policía desde la Tribuna Sur en quejica porque las directivas de Atlético Nacional le quitaron la ayuda económica de la que venían gozando hace años. Entre tanto, en la Sultana del Valle individuos del ‘Frente Radical’ llegaron hasta la sede de entrenos del Cali, rayaron paredes con mensajes amenazantes e insultaron a jugadores, mientras que en Santa Marta el popular movimiento del Unión Magdalena pegó pancartas con mensajes en un puente de esa ciudad y un muñeco con el rostro del DT colgado del cuello.

Y aunque ‘barras bravas’ de enunciados clubes son las que están hoy en el “ojo del huracán” y están siendo repudiadas por la opinión pública, también hay que decir que ninguna de las otras de los distintos clubes del fútbol colombiano se han escapado de conductas agresivas tanto adentro como afuera de los escenarios deportivos en las distintas plazas del país.
Dimayor, lo mismo de lo mismo
Ante todos estos hechos suscitados en el entorno del fútbol colombiano y cuyos únicos responsables son las ‘barras bravas’, la mañana del miércoles 19 de abril, el presidente de la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano (Dimayor), Fernando Jaramillo, habló al respecto en un medio radial capitalino.
En sus primeras declaraciones, el actual máximo dirigente de Dimayor manifestó las mismas palabras trilladas que se han escuchado en otras oportunidades y por años: “Hay que endurecer las penas contra los violentos en el fútbol”. No obstante, nunca, hasta ahora, se han endurecido los castigos, situación que le ha dado margen a las ‘barras bravas’ para que sigan y sigan sembrando terror, violencia y muerte en los diversos escenarios futboleros de Colombia.

Agregó en la misma línea en respuesta a qué soluciones se deben tomar para frenar todo esto que está sucediendo: “No seguir señalando con el dedo quiénes son los responsables, sino tomar acciones concretas, obviamente apoyados por el Gobierno central. Esas acciones concretas es, definitivamente, endurecer las penas para estas personas que tienen esos actos violentos y no hay ninguna justificación para esos actos violentos. Hay que endurecer las penas, desde el punto de vista legal tenemos que hacer una legislación más fuerte para estas personas que invadan el campo, que hagan desmanes dentro del estadio, que dañen las instalaciones del estadio, que afuera del estadio se comporten también de una manera agresiva y que atacan a las autoridades”.
En últimas, Fernando Jaramillo también hizo hincapié en que no todos los miembros de las ‘barras bravas’ son delincuentes, que es solo una minoría, manifestando: “No todos son vándalos, no todos son malos y no todos son hinchas negativos como los que hemos visto, eso tiene que ser una minoría y esas minorías hay que manejarlas con todo el peso de la ley, y endurecer las penas para estas personas, y de verdad que tengan consecuencias. No puede ser que invadan un campo de juego y a los dos días estén por fuera y vuelvan al estadio el próximo fin de semana, eso no puede seguir pasando”.