A la víctima, natural de Venezuela, le asestaron siete disparos mientras trabajaba en un lavadero, donde llevaba seis años laborando.
A las 2:00 a. m. del pasado 30 de mayo un sicario acabó con la vida de Jhonny Prado Pérez, de 26 años, quien llegó de Venezuela a Colombia hace seis años, mismo tiempo que llevaba trabajando en el lavadero del barrio Los Girasoles, en la localidad metropolitana de Barranquilla, Atlántico, donde le dispararon.
Harvin Prado, hermano del occiso, contó sobre los hechos: “Él estaba trabajando en el lavadero de vehículos La Rampla, en la Circunvalar, por el estadio Metropolitano, supuestamente, llegó una persona y le metió siete tiros, queremos que la Policía y la Sijín nos hagan el favor e investiguen lo que pasó con él. La sangre duele, le pedimos a las personas que tenga videos de los hechos que los entreguen. Jhonny era el administrador del lavadero en las noches, el planillero; lamentablemente, no tuvo hijos, estaba enfrascado en trabajar para llevar el sustento a su familia en Venezuela“.
Por su parte, Ruth Mary Pérez, madre del hoy occiso, expresó: “Le pido a todas las autoridades que por favor se haga justicia y se esclarezca el caso de mi hijo porque es un caso que tiene muchas cosas que no están acordes a las declaraciones que me han dado los trabajadores y la dueña del negocio. Él era un muchacho trabajador, tranquilo, solamente trabajaba para ayudar a su familia en Venezuela y a él mismo, tenía seis años trabajando en ese lavadero, donde empezó a laborar cuando llegó a Colombia y ahí se quedó, con eso ayudaba a mi mamá, a su abuela paterna y a sus hermanos en Venezuela”.
Sobre las aspiraciones del joven contó: “Él siempre quería salir adelante, estaba reuniendo una platica para montar su propio negocio y el otro sueño que tenía era comprarse la moto, lo hizo y se la robaron hace un mes y después fueron a donde él estaba arrendado, le abrieron la habitación y se le llevaron las pertenencias que tenía ahí y los documentos. Tengo tantas dudas y no puedo decir por qué lo mataron porque nadie me dice nada, mi hijo era un hombre sano, no tenía ningún tipo de anotaciones“.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
