“Uno le advertía que no fuera para allá y como era un pelao no medía el peligro, pensó que como no tenía problemas nunca le iba a pasar nada malo”, dijo el familiar del joven asesinado.
En la mañana de este lunes 6 de marzo Moisés David García arribó a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal en Barranquilla, desde donde pidió a las autoridades esclarecer el crimen de su hermano Abraham Isaac, de 21 años, registrado en la noche del día anterior en el barrio Rebolo de Barranquilla, Atlántico.
Los hechos se registraron en un parque ubicado en la calle 24 con carrera 26, según testigos, el joven habría sido llamado para que se reuniera allí con otras personas y, en medio de hechos confusos, alguien le disparó en cinco ocasiones, siendo entre las 9:20 y las 9:25 p. m.
“Yo salí en la noche con mi cuñada a comprar una Coca-Cola y cuando estoy agachándome para buscar el envase escuché el primer disparo, después escuché los otro cuatro tiros, yo me pregunté qué habrá pasado y pensé en la plomera que hubo el día anterior, sábado, cuando hicieron también cinco tiros, al parecer, como una advertencia”, contó Moisés David.
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Sobre su hipótesis de los hechos, el joven indicó: “La Policía ahora no puede decir nada porque como hay problemas entre bandas piensan que el muchacho estaba ahí, él era tratable, sano, dicen las malas lenguas que a mi hermano lo citaron, otros dicen que por confusión, por estar en el lugar donde no debía (…). Yo digo que no iban a asesinarlo a él, él estaba con los que no tenía que estar, no tenía que estar ahí, todos los días le daba consejo, una hora antes de que le pasara eso estábamos junticos esperando a mi abuelo para que nos diera un vaso de café, eso es lo que más me duele”.
De Abraham Isaac su hermano también contó que dejó una niña de tres años de edad, a la cual él deberá ayudar a salir adelante. “Yo también tengo mi hija, nosotros trabajamos zapatería con mi papá, él tiene un taller de calzado grande, a nosotros no nos falta nada, gracias a Dios nunca robamos, al contrario, tenemos de todo gracias a Dios, mi hermano tenia su ropita, andaba bien vestidito, bien motiladito, de hecho, un tío lo había motilado a las 4:00 p. m. del día en que lo asesinaron (…), yo le decía que él no tenía que estar ahí porque no iban por él“, dijo el doliente.
El hoy occiso era apasionado por el boxeo y practicaba dicho deporte en la “Zona Cachacal”. “Ni allá vimos el peligro como se está viendo por la casa, pero de pandemia para acá como que empezó a andar con amistades malas, o sea, no malas sino que uno le advertía que no fuera para allá y como era un pelao no medía el peligro, pensó que como él no tenía problemas nunca le iba a pasar nada malo“, finalizó Moisés David.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
