“Su sueño era ser soldado profesional, vivía en Montería y hace seis meses se había ido para Barranquilla”, agregó el doliente.
Impacto News conoció la identidad de uno de los dos jóvenes hallados sin vida en la mañana del jueves 9 de febrero dentro de un saco en la canalización de un arroyo del barrio Me Quejo en el suroccidente de Barranquilla, Atlántico.
Se trata de Luis Javier López Romero, de 22 años de edad, quien al momento de su muerte portaba un buzo gris y una bermuda jean, así lo dio a conocer el hermano de la víctima, también llamado Luis López, en entrevista con Alexander Ojito, el Ojo de la Calle, reportero urbano de este medio.
En la ciudad ha causado conmoción no solo la manera atroz en la que asesinaron a Luis y al otro ciudadano, cuya identidad no ha sido revelada, sino las fotos de ambos vivos, al parecer, pocos minutos antes de que los asesinaran, imágenes que, de repente, comenzaron a circular a través de las redes sociales.
Artículo relacionado: ¿Fueron fotografiados con vida y luego torturados y asesinados? Macabro hallazgo en Me Quejo
López Romero, el menor de seis hermanos, era bachiller, había prestado el servicio militar, vivía en el barrio La Granja, de Montería, y hace seis meses arribó a Barranquilla, según contó su familia, para trabajar.
“Mi hermano vino a donde vivo yo, en Antioquia, se despidió y se fue con un grupito hace seis meses para trabajar en el sector de construcción en Barranquilla. No tenía mujer, no dejó hijos, prestó el servicio militar y su sueño era ser soldado profesional“.
Artículo relacionado: “Las víctimas estaban dentro de un mismo saco”: $10 millones por información sobre doble crimen en Me Quejo
¿Qué pasó? Es la pregunta que se hace no solo la familia de Luis Javier, sino toda la ciudadanía que observa en la última imagen del joven el temor impregnado en sus ojos, como si supiera que esa era la última foto que le iban a tomar en vida.
“Me enteré de la noticia a través de las redes sociales, le pido a las autoridades que investiguen este caso, mi hermano no estaba haciendo nada malo, él se fue a hacer un trabajo de enchape. Nosotros mantuvimos comunicación con él y un día antes de que apareciera sin vida se comunicó con mi papá, le dijo que estaba bien, que estaba laborando”, agregó el pariente del occiso.
Por lo pronto, quedan muchas incógnitas por resolver, un gran dolor en familiares y amigos, una ardua labor para las autoridades que deberán esclarecer este doble crimen y aterradoras imágenes en la memoria de los residentes del sector, a quienes el hallazgo les tiñó la mañana de un ambiente hostil.
“Ellos estaban abrazados, amarrados en un mismo saco de la cabeza y del cuerpo con unas pitas como cable de telefonía, estaban enrollados y tirados ahí en un arroyo que la Alcaldía está haciendo, pero no ha podido solucionar, entonces nos tienen la problemática. Antes tiraban perros muertos, basura, ahora encontramos personas ahí tiradas“, dijo, en medio del desconcierto, un habitante del barrio al reportero Alexander Ojito, quien llegó hasta el lugar de los hechos.
