La progenitora de la instructora de yoga cree que lo que ocurrió en Villa Campestre con su hija fue un feminicidio a manos de quien era la pareja de la joven.
“El caso de Valentina no va a quedar impune, Valentina no va a ser solamente una cifra más, va a ser la imagen del cambio, Valentina murió, pero será el impulso para que esto sea un gran movimiento, el impulso en contra de los feminicidios en la Costa”, decía un hombre a través de un megáfono en la mañana de este jueves 11 de abril en las afueras de Medicina Legal en Barranquilla, pidiendo justicia por el que considera fue un feminicidio.
La muerte de la instructora de yoga y estudiante de Licenciatura en Educación Infantil de la Uniatlántico Valentina Cepeda Rodríguez ocurrió entre la noche del 9 de abril y la madrugada del 10 en las instalaciones de la Clínica Portoazul Auna.
El compañero sentimental de la mujer aseguró que desde hace varios días ella “estaba amenazando con quitarse la vida” y que el 9, tras una discusión entre ambos, la joven ingresó a una habitación de su residencia, tomó uno de los elementos que utilizaba para sus actividades como instructora de yoga y se lo ató al cuello, pese a que la mujer fue llevada a la clínica allí se registró su deceso.
Los hechos, que son materia de investigación, ocurrieron en la carrera 26 con calle 3A, conjunto Torres de Villa Campestre, Puerto Colombia. Familiares y amigos de la joven no creen que ella haya decidido quitarse la vida, por el contrario, señalan a quien era pareja de Valentina como feminicida, dado que ella, días antes de la tragedia, había denunciado ser víctima de violencia intrafamiliar por el hombre y sentirse deprimida y desesperada por esa situación.
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Lourdes Rodríguez, madre de Valentina Cepeda, expresó: “Dictaba clases personalizadas de yoga, era una niña linda, sana, deportista, surfeaba, qué más quería él, no sé qué pasó, no entiendo por qué no valoró eso, ¿por qué, desgraciado? Mi clamor de madre es que lo aprehendan, él es un asesino, él asesinó a mi hija, él la ahorcó, ella no pudo defenderse y no era la primera vez porque yo tengo en mi celular la conversación que un amigo de ella me mandó sobre todo lo que él le hacía a ella, pero de esta, lamentablemente, no se salvó, no sé qué le hizo ese demonio, por eso necesito que me ayuden, difundan y lo aprehendan”.
Una amiga de la joven también indicó: “Valentina era una muy excelente amiga, incluso tenía planes de irse del país prontamente con su familia. Los que la conocimos sabemos que era una persona llena de vida, alegre, con una cantidad de sueños que estaba trabajando por cumplir, por eso insistimos en que ella jamás cometería un suicidio. Sabemos que estaba en riesgo porque lo había dicho, había exigido que la ayudáramos, se había acercado a instancias de la Universidad del Atlántico para pedir ayuda en temas psicológicos y por eso exigimos que se esclarezcan los hechos. Había un historial de conflicto, de violencia por quien era su pareja”.
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