Un rechazo generalizado desató lo que le sucedió al trabajador adscrito a la compañía de aseo de la ciudad, pues ello demuestra que el hampa ya no mira a quién a la hora de cometer sus fechorías.
Por: Iván Peña Ropaín.
No deja de causar indignación en las redes sociales el video que viralizó el atraco del que fue objeto en el barrio La Magdalena, en el suroriente de Barranquilla, un trabajador adscrito a la empresa Triple A, el cual se encarga de mantener limpias las calles de los barrios de la ciudad, a través de su labor de barrendero.
El ‘escobita’, como popular y cariñosamente se les conoce, en horas de la mañana del sábado anterior se encontraba adelantando en una vía pública de dicho sector sus labores de aseo, barriendo y echando los residuos en la caneca móvil en la que se desplazan estos trabajadores. Todo transcurría como una jornada más, sin ningún contratiempo.
Sin embargo, ante la soledad de la calle y los patrullajes de la Policía que son exiguos, según advierten los propios habitantes de La Magdalena, tres sujetos a bordo de motocicletas convirtieron al ‘escobita’ en una víctima más de la delincuencia que azota en los distintos puntos cardinales de la Arenosa.
Los delincuentes, quienes se movilizaban por el barrio con la abyecta intensión de robarle a todo el que se les atravesara, decidieron atracar al humilde trabajador, ello también porque no encontraron a más nadie en el camino y sin policías que les pusieran ley. Uno de los antisociales, que iba de parrillero, se bajó de la moto mientras se le aproximaban, e intimidándolo con llevar un arma en la pretina del pantalón, le quitó lo que llevaba en su mano, lo que sería el celular.
Viralizado el video, residentes en La Magdalena se comunicaron con Impacto News para manifestar que los robos están a la orden del día, principalmente a primeras horas de la mañana, cuando las personas salen a sus colegios o a trabajar, percibiéndose una basta ausencia de la patrulla de motorizados que deben hacer sus respectivas rondas, aprovechada tal gabela por los ‘rateros’ para cometer sus fechorías fácilmente, situación que es muy repetitiva en esa zona de la ciudad, al igual que en muchas otras.
