La majestuosa puesta en escena estuvo a cargo del director artístico y actor francés, Thomas Jolly. La totalidad de las justas le costarán a Francia los cerca de 10 mil millones de dólares.
Por: Iván Peña Ropaín.
El fascinante acto de inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024, que rompieron todos los esquemas al realizar por vez primera un acto de apertura fuera de un estadio de fútbol, empezó con una puesta en escena sencilla, en la que muchos comenzaron a decir que había un importante ahorro de capital.
Sin embargo, al terminar el desfile de las tres últimas comitivas: Australia, Estados Unidos y Francia, la noche se adentró en el cielo parisino y con ella la iluminación y el espectáculo que fue confeccionado para darle brillo a las olimpiadas.

Se recorrió tramos importantes de esa ciudad, así como puntos representativos de la cultura gala, desplegándose baile, juegos de luces, un globo aerostático y la intervención de varias personalidades deportivas de la historia francesa.
Quien hizo realidad lo que percibió todo el planeta, a través de las pantallas de los televisores, computares o celulares, fue Thomas Jolly, laureado actor y director artístico francés de 42 años; su creación le podría estar peleando a la que es considerada la mejor inauguración de unos Olímpicos, Beijing 2008.

Con relación al coste del evento de estreno de París 2024, el que se estimó vieron cerca de 326 mil espectadores y que duró casi cuatro horas, fue de 150 millones de dólares, los cuales no tuvieron destino ni para la seguridad de los 13 kilómetros de ribera que los barcos y las delegaciones recorrieron y visitaron ni para los honorarios de los artistas nacionales e internacionales que actuaron.
Esa enorme suma de dinero se extrajo, según revelan medios franceses, de los 10 mil millones de dólares que le costarán a la capital de Francia el albergar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
