Pese a que la errata en jugadas claras de gol por parte de Bacca y Fuentes también influyeron para no armonizarse con el triunfo, las mayores críticas le llueven al DT ‘tiburón’.
Por: Iván Peña Ropaín.
Un empate 1-1 de la ciudad de Lima se trajo, la noche del martes 7 de mayo, Junior de Barranquilla en su duelo contra Universitario de Deportes por la fecha 4 de su Grupo D de la Copa Libertadores de América 2024, llegando a 6 puntos y permaneciendo parcialmente al comando de su cuadrangular.
Este resultado, el que muchos ven como nada despreciable, otros lo cuestionan porque, tal como se mostró ese cotejo ante el cuadro inca en el estadio Monumental de la U Marathon, fácilmente pudo haber sido un gane.
Esa victoria que pudo ser pero que al final no fue, si hablamos de lo que ocurrió dentro del terreno de juego, también se vio influenciada porque las pocas y cristalinas para anotar y que se tuvieron con Carlos Bacca (en dos ocasiones) y con Gabriel Fuentes (una), ambas en el cierre de la primera parte, no contaron con buenas resoluciones.
No obstante, le cobran con mayor ahínco al entrenador Arturo Reyes, quien hizo unas modificaciones que le quitaron acometida al Tiburón, siendo una de estas la de Homer Martínez por el mejor de la cancha y quien era el único que podía seguir dándole explosividad al equipo, José Enamorado.
Esta movida, apenas corriendo el minuto 68, lo que dictaba que había mucho partido por delante, innegablemente le mermó agresividad a la institución barranquillera y la cohibió rotundamente de las pocas ideas de las que gozaba con el volante soledeño, ingresando Homer más bien para defender la paridad a uno que se estaba fraguando.
Si bien luego dio paso a sustituciones posicionales con Léider Berrío y Marco Pérez por Bryan Castrillón y Carlos Bacca, respectivamente, esos cambios no aportaron nada porque no conectaron el juego para el que están diseñados: “el ataque”. Empero, Reyes luego hizo otra movida con tinte medroso y que hizo estallar más las críticas en su contra, sacando a Yimmi Chará, que si bien se veía ya sin oxígeno, debía ser reemplazado por uno de función similar, atendiendo también a que se observaba a un Universitario entregado.
Muchos coinciden en que el cambio era por Roberto Hinojosa, no por el defensor Brayan Ceballos, situación que sumergió más al Junior de Barranquilla en la dimisión de un ataque que, para colmo de males, lucia endeble con Berrío y Pérez, quienes definitivamente no están en la sintonía que se necesita para ser unas alternativas que ayuden a destrabar un juego como este en el que se pudo trabajar mejor por la victoria desde el banco de suplentes, pero lo que no se hizo.