Entre los hechos de mayor preocupación están las amenazas contra futbolistas del Cúcuta Deportivo, llegando al punto de interceptárseles en sus carros para amedrentarlos.
Por: Iván Peña Ropaín.
La violencia de los hinchas anda desatada en el fútbol colombiano, en el que en menos de una semana, ya son tres hechos beligerantes los que se cuentan, siendo los afectados los entornos de los clubes Junior de Barranquilla y Deportivo Cali, en la primera división, y Cúcuta Deportivo, en la B.
Uno de los casos más delicados se reportó este fin de semana en el estadio Palmaseca, en el municipio de Palmira, en Valle del Cauca, donde el Cali jugaba contra La Equidad y el canal oficial de la transmisión, Win Sports, tuvo que cortar la señal sin previo aviso.
Lo anterior, como causal de que, cuando el cronómetro marcaba los 70′ e iba el cotejo 1-1, tal como concluyó, varios de los empleados de esa compañía fueron objetos de la ira de los seguidores del verde ‘azucarero’.
Otro tema bastante complicado correspondió a las amenazas de muerte de las que fueron víctimas los jugadores del Cúcuta por parte de hinchas, debido al mal rendimiento que tiene el equipo en el segundo semestre del Torneo de la B.
Las intimidaciones en redes sociales pasaron a las intercepciones de algunos de los vehículos de los futbolistas del elenco Motilón, momentos en que sujetos se apearon de otro carro para expresarles mensajes de advertencia como no mejoren el rendimiento del equipo, hecho que tiene en medio de la zozobra a los objetivos de los hinchas violentos.
Los sucesos hostiles relacionados con hinchas y miembros de ‘barras brava’ que andan furibundos tuvieron su reciente escena, la noche del domingo 22 de septiembre, cuando en el Metropolitano se enfrentaron Junior de Barranquilla y Águilas Doradas de Sincelejo, ganando 4-3 este último.
Al final del compromiso, mal llamados adeptos del conjunto barranquillero arrojaron objetos contra varios de los carros que estaban estacionados en la zona de parqueo-privado del Metro, siendo uno de los más afectados el del jugador Carlos Bacca.
La idea de los agresores era causar daño contra los automotores, a los que perfilaron de pertenecer a las directivas del Rojiblanco y a los futbolistas.