Uno de los sectores del cuadro ‘currambero’ al que más le ha metido mano el adiestrador Alfredo Arias ha sido la defensa, pero pese a ello, esta sigue flácida y pasándole factura al equipo.
Por: Iván Peña Ropaín.
Junior de Barranquilla se impuso a las matemáticas que le advertían que, a entonces dos fechas de culminar el “todos contra todos”, podía correr riesgo de salir de los ocho si veía una derrota en su más reciente choque contra Fortaleza de Bogotá.
Por suerte, logró sumar un ‘puntico’ con el empate a uno en suelo bogotano, llegando así a registro de 32 unidades y consiguiendo mantenerse en el sexto lugar. Quedando ahora una fecha para acabar el “todos contra todos”, como mínimo el Tiburón podría finalizar hasta de octavo.
Empero el tema de la nota es que lo anterior indica que ya se está ad portas de encarar los cuadrangulares semifinales y el estratega Rojiblanco, Alfredo Arias, tendrá ya que empezar a definir cuál es el equipo que será el principal para afrontar esa instancia.
¿Por qué de lo anterior? Puesto que en lo que va de este Torneo Clausura han sido muchas las rotaciones que ha efectuado el timonel uruguayo, lo que también se divisó en los recientes duelos frente al América de Cali, Santa Fe y Fortaleza, los que se dieron a una altura del campeonato en la que ya se tendría que estar claro en ese aspecto.
Quizás una de las zonas en las que menos se ha visto variables ha sido el pórtico, en el que se mantiene como titular el “charrúa” Mauro Silveira, lo que no se percibe en el resto de líneas del equipo, principalmente en la zaga defensiva, en la que no importa a quién coloquen, puesto que no se consolida en la seguridad que debe mostrar.
Para jugar la instancia previa a la final no se podrá improvisar más, a menos que hayan lesionados o expulsados, ya que los márgenes de error que se puedan cometer serán mínimos con miras a ubicarse de primero en el grupo que le toque y lograr así su paso a la fase que pondrá a pelear por la estrella de diciembre.
