El dirigente del Diablo Rojo no se refirió claramente a si la logística, que estaba a su cargo, falló y ello permitió que los ‘barristas’ de su club invadieran la tribuna visitante.
Por: Iván Peña Ropaín.
La cruenta violencia desatada la noche del miércoles anterior en una de las gradas populares del estadio Libertadores de América, en Avellaneda, Argentina, entre ‘barras bravas’ de los clubes Independiente y Universidad de Chile y cuyo saldo fue de 20 heridos (todos chilenos y varios de gravedad), fue achacada a los adictos al segundo club citado.
Según declaró el presidente del Rojo de Avellaneda, Néstor Grindetti, la culpa de lo sucedido fue de la facción futbolera del equipo visitante, quienes desde un comienzo comenzaron a arrojarles todo tipo de cosas a los de la ‘barra’ contraria que estaban debajo de ellos.
La cosa se tornó más compleja y lo que produjo la reacción de los ‘barristas’ de Independiente, de acuerdo a su explicación a los medios argentinos, cuando los adeptos de La U la emprendieron contra los ‘plateístas’, a quienes les lanzaron hasta piedras.
“Independiente no tuvo nada que ver. Acá está claro el comienzo y la continuidad del problema con un solo público. De hecho, hay 90 detenidos que son hinchas de La U. Hay un claro responsable y lo vamos a defender en todas las instancias”.
En las imágenes que divulgaron diversas televisoras, evidentemente, se observa que los seguidores del conjunto austral empiezan asaltando a los de la escuadra “gaucha”, los que optaron por ende responderles y detonándose minutos después la barbarie que dejó 20 heridos, 300 seguidores de La U inicialmente detenidos y millonarias pérdidas materiales en el estadio.
No obstante, Grindetti no se refirió a si la logística falló y si, el haber ubicado a la ‘barra brava’ visitante arriba de la contraria, condujo a que el terror posteriormente suscitado fuera más factible que se diera.
