Familiares del occiso piden al responsable de los hechos que se entregue a las autoridades y responda por lo cometido.
Un sufrimiento grande, desgarrador e incesante es lo que sienten y expresan los familiares de José Gabriel Escorcia Insignares, el taxista conocido cariñosamente como Chichi, quien perdió la vida durante la madrugada del pasado domingo 23 de marzo, tras ser arrollado por un camión en la vía la Cordialidad, a la altura del corregimiento de Pital de Megua.
Alexander Ojito, reportero urbano de Impacto News, se dirigió hasta la vivienda donde residía Chichi en el barrio Las Malvinas de Barranquilla y conversó con la madre y la pareja sentimental del occiso, quienes manifestaron su tristeza por lo ocurrido, pero a la vez expresaron su indignación con el conductor del vehículo de carga que lo atropelló y se dio a la huida sin brindarle ningún tipo de ayuda.
“Yo le pido encarecidamente a esa persona que hizo eso con mi hijo que se entregue, mi hijo no fue ningún perro para que el me lo haya dejado tirado por allá. Es un sufrimiento grande el que me ha dejado a mí y mis nietecitos, porque era un padre que se esmeraba mucho por sus hijos. Le pido a esa persona que lo haga de corazón, que se entregue, si el lo arrolló, su deber era parar y socorrerlo”, sostuvo la progenitora de José Gabriel.
Su compañera sentimental, quien presenció el fatal desenlace ya que iba con él en el taxi que este conducía, manifestó que habían realizado un viaje a Campeche a llevar una mercancía y de regreso recogió a varios pasajeros, entre esos tres mujeres, un niño y dos hombres en estado de alicoramiento, siendo uno de estos quien le expresó en el trayecto que llevaba ganas de vomitar, solicitándole que parara para poder hacerlo.
“Él se bajó del taxi (José Gabriel) para abrirle la puerta al muchacho que se iba vomitando y en eso lo atropelló el camión. Eso fue a las 3:45 de la madrugada, en sentido Baranoa – Barranquilla”, anotó la mujer.
Agregó que pasaron varias personas en otros vehículos y los mismos pasajeros que llevaba, pero todos fueron indiferentes a la situación y optaron fue por hurtarles dinero y varias pertenencias que llevaban en ese momento.
“Al rato llegó un cuadrante y le manifesté lo sucedido, pero no hicieron nada. Le exigimos a las autoridades respuestas, porque la muerte de mi marido no puede quedar impune”, puntualizó.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
Redacción: Luis Ángel Terán
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