Marcos Andrés Martínez es la segunda víctima mortal que deja el ataque perpetrado desde un “carro gris” en la noche del lunes.
Ibeth Goes Chávez vive el dolor de haber perdido a su hijo tras un ataque a bala en el municipio de Malambo, Atlántico, en medio de la impotencia por no haber podido cambiar a tiempo el rumbo de la vida del hombre, la cual se apagó a los 29 años de edad.
El occiso respondía al nombre de Marcos Andrés Martínez Goes y fue víctima de un ataque a bala hecho, según testigos, “desde un carro gris”, alrededor de las 9:45 p. m. del lunes 31 de julio en la calle 26 con carrera 13Sur, en el barrio San Fernando, mismo hecho tras el cual murió en la Campbell de Malambo un hombre identificado como Silfredo Manuel Peña Martínez.
“Él tenía problemas porque era consumidor, salió a dar una vuelta, llegó un carro repartiendo balín y le dio a él, le tocó a él, lo impactó en el tórax y la cabeza. Como yo estaba ahí mismito, cerquita de donde pasó y, como sabía que él estaba en la calle, salí corriendo, no alcancé a verlo porque ya lo llevaban para la Campbell de Malambo”, contó la progenitora de Marcos Andrés.
Martínez Goes, el segundo de tres hermanos, era padre de una niña de 7 años de edad y trabajaba en un taller de mecánica en el municipio de Santo Tomás. Los consejos de su madre y sus repentinas intenciones por cambiar, no lograron concretarse en un mejor futuro, aunque ella aseguró que, aparte de su adicción, su hijo no tenía problemas con nadie.
“Le decía que no me gusta que estuviera en la calle tarde, después de 8:00 p. m., pero por sus problemas de droga era imposible que me hiciera caso, llegaba como a las 10:00 p. m.; nosotros intentamos rehabilitarlo, pero cuando él quiso no me dieron la oportunidad, él a veces ponía de su parte, cuando estaba trabajando se tranquilizaba. En el lugar donde estaban es donde se reúnen los chicos que tienen problemas con las drogas y fuman, ahí no había fiesta ni nada”, agregó Goes Chávez.
Aunque los galenos hicieron lo posible por salvar la vida del hombre, quien alcanzó a ser trasladado a la Campbell de la carrera 14 en Barranquilla, allí se registró su deceso por la gravedad de las heridas que sufrió. Su madre solicitó: “Que se haga justicia, pero la justicia que viene de parte de Dios”.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
