Según testigos, jóvenes le quitaron la chancleta a un atracador, quien creyó que el hoy occiso la tenía.
Por una chancleta le habrían arrebatado la vida a Isaac David Caldera Castillo, de 21 años de edad, el pasado 3 de abril en la calle 50D con la carrera 5B, barrio Siete de Abril, en la localidad Metropolitana de Barranquilla, Atlántico.
“A las 9:30 de la noche, tres muchachos estaban atracando a una señora, ella venía corriendo, pidiendo auxilio; el marido mío estaba con un grupo de amigos, los muchachos intervinieron el atraco, el marido mío le dijo a los pelaos: ‘Déjenlo ir’, para que no le pegaran, porque él decía que eran unos niños”, narró la pareja de la víctima.
Sin embargo, el señalado atracador regresó al lugar por su chancleta: “Él dice que no pasaron ni 10 minutos cuando regresaron dos motos con cuatro hombres y le preguntaron: ‘Pelao, ¿las chancletas?’, porque los muchachos le quitaron una chancleta, y él le dice: ‘Yo no te he quitado ninguna chancleta’ y el otro dice: ‘Ahora van a ver, no saben ni lo que les espera’“, agregó.
La mujer, preocupada por la situación, le preguntó a su compañero sentimental qué sucedía: “Él me dijo: ‘Yo lo único que hice fue ayudarlo para que no le pegaran. Ellos estaban atracando y los pelaos le cogieron la chancleta’, yo le dije que nos fuéramos para la casa y él me dijo que no, que el que nada debe, nada teme”.
Poco tiempo después llegó un taxi al lugar, del cual descendieron tres jóvenes: “El muchacho apenas se baja le dice: ‘Pelao, entonces, ¿no vas a dar la chancleta?’, él le dijo que no la tenía y el man le hizo un tiro a los pies, él se lo esquivó, empezaron a forcejear con la pistola, él quedó arriba y el muchacho le hizo el disparo y le pegó un tiro en el tórax”.
La pareja del hoy fallecido insiste: “Que quede claro que él en ningún momento se cogió ninguna chancleta, quiso ayudarlo para que no le pegaran y fue el perjudicado porque por este hecho hoy lo tenemos que velar y enterrar, por solamente evitar un atraco y evitar que le pegaran”.
De la víctima se conoce que era oficial herrero y trabaja en una obra desde hace, aproximadamente, un mes. “Ayer le habían dado su uniforme y él estaba contento y le arrebataron su vida injustamente por una chancleta que no vale ni cinco pesos. Era un muchacho alegre, no se metía con nadie, buen papá, a pesar de que mis hijos no eran de él, los quería más. Pido que se haga justicia, que tengan corazón, era un joven con su familia y su mamá, ahora por culpa de una simple chancleta y de un muchacho que por medio del miedo señaló a una persona que no tenía que señalar, porque el muchacho que le quitó la chancleta la tenía puesta“, finalizó la mujer.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
