Las autoridades del municipio y la ciudadanía acompañan a la familia de la menor en este duro momento. La noche anterior realizaron una velatón en la vivienda donde residía la pequeña de 11 años.
Ariana Lozada Ruiz, de 11 años de edad, tenía toda una vida por delante, sueños por cumplir y un futuro prometedor. Era una apasionada por el deporte, particularmente por el voleibol y la natación, actividades que practicaba con constancia y disciplina con la convicción de ser una de las figuras más destacadas del país en esta disciplina.
Sin embargo, la noche del jueves 18 de septiembre, una bala perdida apagó sus sueños y nubló para siempre la sonrisa que constantemente llevaba dibujada en su rostro. Aquel proyectil no iba dirigido contra ella, sino contra dos hombres que se movilizaban en una motocicleta, pero que justamente iban pasando por el frente de la casa en la que Ariana vivía y por una u otra circunstancia, como es habitual en estos hechos sicariales, no preguntó por nadie en su trayectoria.

Su familia recuerda que la niña estaba en la terraza de su vivienda en una videollamada con un compañero de colegio, cuando el trágico episodio apareció de la nada y arrastró consigo a la pequeña. Un solo disparo en la pierna fue suficiente para que el crimen arrebatara la vida de una persona inocente y dejara sumida en el dolor a su familia y a toda una comunidad que la describe como una soñadora, humilde, sencilla y apasionada.
Ariana Sofía fue llevada malherida a la Clínica Reina Catalina y los colegas de su madre, médica de profesión también, hicieron todo lo posible por salvarle la vida. Pero el destino tenía preparado otro escenario aún más doloroso y desolador: la muerte. En horas de la madrugada del viernes 19 de septiembre, pocas horas después, se confirmó el deceso de la niña alegre, querida y amada por su familia.
El dolor fue total en la familia Lozada Ruiz, pero también entre sus vecinos del barrio Primavera, quienes no dudaron un segundo en dirigirse a la casa de la niña y acompañar a su madre, hermanos y demás allegados, en medio de ese lamentable momento.
Sobre la noche, por iniciativa de la misma comunidad, se realizó una velatón en la terraza de la vivienda donde Ariana fue impactada por aquella bala perdida que le arrebató su vida y sus sueños. Centenares de personas llegaron con su vela y la encendieron en memoria del pequeño ángel que abandonó esta tierra para encontrarse con Dios en el cielo. En conjunto, enarbolaron un sola luz de esperanza y fortaleza, mientras que el silencio por si solo, gritaba al unísono que se haga justicia por el crimen.

La primera dama del municipio, Julia Durán, se unió a estas voces y desde sus redes sociales no solo lamentó lo ocurrido, sino que hizo un llamado a la sociedad para cuidar y proteger a los seres más inocentes, a quienes nada tienen que ver con la violencia desmedida que cobija a todo el territorio nacional.
“Mi corazón como madre y como gestora social se une al inmenso dolor de la familia de Ariana Lozada Ruiz, que perdió la vida en los hechos ocurridos en nuestro municipio. No hay palabras que puedan aliviar una herida tan grande, pero sí, nuestra cercanía en comunidad y solidaridad en este momento de profundo sufrimiento. Entrego mi oración para clamar fortaleza para sus familiares y amigos, y que su recuerdo nos inspire a seguir cuidando y protegiendo con amor la vida de todos nuestros niños”, dijo la esposa del alcalde Edinson Palma.


Indudablemente, nada podrá devolver a la pequeña al reencuentro con su familia, pero en medio del dolor y el abatimiento, toda Baranoa y el Atlántico exige justicia, que este infanticidio no quede impune y que los responsables paguen en la cárcel todas las fechorías y la desolación que han sembrado en este mundo.
Entre tanto, mientras las investigaciones de las autoridades avanzan, la Alcaldía de Baranoa ha ofrecido una recompensa de hasta $20 millones a quien suministre información que permita individualizar, localizar y capturar a los responsables de cometer este crimen atroz.
Informe: Luis Ángel Terán




