El sujeto, natural de Bogotá, como que “no estaba enterado” que ir a otro estadio del país con la casaca de su equipo es el lamentable sinónimo de perder la vida o ser agredido.
Por: Iván Peña Ropaín.
En las últimas horas, se ha viralizado en redes sociales unas imágenes desde Cartagena y relacionadas con el actuar bárbaro y oligofrénico de quienes muchos catalogan como el cáncer del fútbol: las ‘barras bravas’, las cuales se produjeron el pasado martes.
Ese día, en horas de la noche, en el estadio Olímpico Jaime Morón León, se desarrolló el atrasado partido de vuelta por los playoffs de Copa Colombia entre Real Cartagena y Millonarios de Bogotá, el cual dejó como clasificado a los octavos de final al azul cachaco.
Pero no hablando de fútbol, sino de la violencia que siembran los ‘barristas’ en este bello deporte, en un video aficionado se ve transitando a pie por uno de los carriles del servicio público articulado Transcaribe a una pareja de bogotanos. El hombre caminaba descamisado y enseñando muestras de haber sido agredido en su rostro, mientras que a la mujer se le apreciaba constantemente mirando hacia atrás como asustada, trémula y, al parecer, quejica por haber sufrido algún maltrato en su mano y brazo derecho.
Pues bien, se conoció días después de que se trató de un ataque de miembros de las ‘barras bravas’ del cuadro cartagenero contra estos dos seguidores de Millos, quienes al intentar entrar al escenario deportivo fueron abordados y embestidos con insultos y topetazos.
Según cuenta la persona que sería la que grabó el video, el hombre intentó acceder al estadio agarrando en una de sus manos la camiseta del Embajador, por lo que fue identificado fácilmente por los denominados ‘cazadores’ que la mayoría de estas facciones populares despliegan en las graderías para reconocer a los adeptos del cuadro rival, así estos no posean algún distintivo del adversario y tengan puesta una prenda de vestir común y corriente. Cuando pasa así, generalmente, los hacen hablar para descubrir el acento, les piden cédulas o les hacen levantarse las camisetas para ver si llevan algún tatuaje alegórico al club visitante.
Por suerte, los dos hinchas cachacos no terminaron mayormente afectados porque intervinieron las autoridades policivas en el sitio, pero también porque ambos no tuvieron de otra que marcharse del Jaime Morón.
