Su intento de morir se vio frustrado por culpa de una plataforma de aluminio del sistema de aire acondicionado del hotel que amortiguó su caída.
Por: Sergio García
Para los amantes de la salsa, cada 29 de junio siempre será un día triste al conmemorarse la muerte de Héctor Juan Pérez Martínez, más conocido como Héctor Lavoe, el Cantante de los Cantantes.
Treinta años han pasado desde que se conoció la triste noticia de su partida, ocurrida el 29 de junio de 1993 en un hospital de Nueva York, tras sufrir un paro cardiaco y batallar contra un cáncer de pulmón.

La vida sórdida y truculenta de Héctor Lavoe, en mi concepto, la mejor voz de la salsa y “el único hombre que podía respirar debajo del agua”, culminó en el abandono. Quienes lo adulaban en las noches de farra, drogas y alcohol se fueron apartando, lo dejaron solo, al mismo tiempo que el contagio de VIH, diagnosticado en 1988 y adquirido por una aguja infectada, deterioraba su salud y apagaba su voz.
Lavoe es inmortal
La tragedia fue compañera fiel en la vida de Héctor Lavoe. Desde pequeño enfrentó situaciones difíciles que terminaron reflejadas en sus canciones. A los 7 años de edad debió superar el primer desafío: la muerte de su madre, Francisca Martínez.

Varios tragos amargos sobrevinieron en medio de la fama. En 1987, El Cantante’ vio ensombrecida su alegría con el incendio de su apartamento en Queens que lo obligó a saltar por la ventana y sufrir varias lesiones. Luego ocurrió el asesinato de su suegra, Gina de Román, a quien quería como una madre. En es misma época murió su padre, Luis Pérez. Pero, el golpe más fuerte lo recibió con la muerte de su hijo, Héctor Pérez Jr., cuando por error uno de sus amigos accionó un revólver y segó su vida.
El 7 de mayo de 1987, Héctor Lavoe recibió una noticia que terminó de derrumbarlo: La muerte accidental de su hijo Tito, de sólo 18 años, le rompió el alma, “Nadie se imagina lo que se sufre al perder un hijo, uno se muere también. Yo no pude con la carga, me sentí morir también” pic.twitter.com/QXoqGmfSQh
— Juana Peña (@Chris_Montz) June 20, 2021
Héctor no pudo recuperarse de ese hecho trágico, lloró la muerte de su hijo hasta su último suspiro, tanto así que, en 1988, luego de discutir con su esposa, trató de quitarse la vida al lanzarse al vacío desde el noveno piso del Hotel Regency del Condado, en San Juan, Puerto Rico.

Milagrosamente, Héctor quedó vivo. Su estado de salud se deterioró por cuenta de las fracturas sufridas en todo su cuerpo. Fue uno de los pasajes más oscuros de su historia y al sobrevivir sus fanáticos en el Bronx afirmaban que Lavoe era inmortal.
“Información de última hora. Se alega que el conocido cantante Héctor Lavoe se debate entre la vida y la muerte tras caer de un piso en un hotel del Condado”, fue el anuncio de un locutor de la emisora Radio Reloj de Puerto Rico. Eran las 2:00 de la tarde del domingo 26 de junio de 1988. La noticia se confirmaría minutos después; efectivamente se trataba del ‘Cantante de los cantantes’.
Su intento de morir se vio frustrado por culpa de una plataforma de aluminio del sistema de aire acondicionado del hotel que amortiguó su caída. Las leyendas urbanas cuentan que Héctor había tenido una visión, que se le apareció su hijo en la ventana del hotel y por eso se lanzó; otras, no verificadas, afirman que Lavoe fue empujado por su esposa Puchi, tras una discusión, o que una sobredosis de drogas lo habría inducido tener ese pensamiento.

Otra hipótesis consistía en que la frustración del cantante por la cancelación de un concierto en el coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón, le causó tanta depresión que perdió las ganas de vivir.
No era el ‘día de su suerte’
Cuenta la historia que minutos antes de iniciar el show, tan solo 300 personas estaban presentes en el coliseo, siendo un lugar con capacidad para diez mil asistentes. El promotor Ralph Mercado habría ordenado suspender el concierto por el poco número de boletas vendidas, pero Héctor Lavoe se opuso a la cancelación, subió a tarima y cuando iba por la tercera canción, Plato de segunda mesa, el productor ordenó apagar las luces y el sonido. Héctor abandonó la tarima llorando ya que era la primera vez en su carrera que le cancelaban un concierto.
Periodistas de Puerto Rico afirman que esa noche, Nilda “Puchi” Román estaba cumpliendo 38 años y lo esperaba en el hotel para la celebración, pero Héctor solo llegó hasta la mañana siguiente, en un estado deplorable, lo que desató una violenta discusión con su esposa.
Meses después, en una entrevista, el propio Héctor Lavoe le confesó al periodista Jaime Torres Torres los motivos de su intención fallida:
“Yo me tiré porque tuve una discusión con Puchi. Me estuvo jodiendo desde la noche antes, discutimos y le dije: ‘Si sigues jodiendo, me voy a tirar. Pero todavía no me quieren allá arriba”, contó Torres en su libro “Cada cabeza es un mundo: La historia de Héctor Lavoe”.

Una vida ‘triste y vacía’
En 1991, las cosas empeoraron. Héctor sufrió un derrame cerebral que lo acabó en vida. Fue el final de su carrera musical ya que no pudo cantar más, a raíz de las dificultades para hablar. Aún así, Lavoe seguía siendo presentado en las tarimas de conciertos, recibiendo homenajes bajo una condición física deteriorada, mientras contaba sus días en forma regresiva y recordaba su canción: Todo tiene su final.
El martes 29 de junio de 1993, pasadas las 12:00 del mediodía, su corazón dejó de latir mientras recibía atención médica en el Hospital Saint Claire de Manhattan, Nueva York, tras sufrir un segundo paro cardíaco como consecuencia de complicaciones relacionadas con problemas pulmonares y el SIDA. Su muerte sacudió al mundo de la salsa, sumiendo a millones de fanáticos en profunda tristeza.

En efecto, Lavoe es inmortal. Murió Héctor Juan Pérez Martínez, pero el Cantante de los cantantes sigue y seguirá vivo mientras suenen sus canciones. A pesar del desenfreno, el ‘Rey de la puntualidad’ llegó tarde a la cita de su muerte. Partió a los 47 años, mucho tiempo después de lo presagiado.