El exportero colombiano, quien hoy está en sus 38 años, contó también: “La gente exprime al jugador cuando este está en la cima, no importándoles tu vida, solo sacando provecho para que le brindes”.
Por: Iván Peña Ropaín.
Uno de esos porteros colombianos que tuvo un futuro promisorio de poder llegar a pisar importantes ligas a nivel mundial y quien además fue pieza clave en aquella magnífica Selección Colombia que se consagró campeona en el Sudamericano Sub-20 del año 2005 fue el chocoano Libis Andrés Arenas Murillo, pero quien en el tramo de su carrera en un “parpadear de ojos” acabó perdiéndose del radar de muchos futboleros.
El exfutbolista de 38 años, quien “colgó los guayos” muy temprano: en 2016 jugando para Olmedo de Ecuador, club que militaba en la segunda división, volvió a aparece, empero no en las canchas ni fungiendo en algún banco técnico, sino en una entrevista realizada por un medio nacional y contando su experiencia de vida.
Libis relató con relación al no haber tenido en el fútbol el brillo que soñó y que muchos le auguraron, que la rumba, todo lo que trae la noche y el abuso de alcohol fueron los que al final cercenando su profesión y le cerraron la puerta a la mayor oportunidad que tuvo en su trayectoria cuando fichó en 2006 con Lazio de Italia, responsabilizando también de su fracaso en el corto paso por ese club a las malas amistades.
“Hay muchas personas que se aprovechan de tu bondad, te exprimen al máximo, no les importa tu vida, sino disfrutar de lo que puedes brindar. Uno a veces es ignorante y se deja llevar de las malas compañías. Uno sabe que está actuando mal, pero está ciego con eso. Yo en vez de tomarlo para bien lo tomaba para mal, salía y todos me saludaban, llegan las malas influencias y te llevan el mundo de empezar a buscar la noche, salir. Yo estaba solo y no era titular en Italia, empecé a refugiarme en la noche, tuve un compañero cubano y no faltaba el dinero para darse sus lujos. Yo pensaba que no me están poniendo y eso te va agarrando ventaja, porque tienes la facilidad”.
Quien jugara en equipos en Colombia como Envigado, Patriotas, Pereira, América, Santa Fe y a nivel internacional con Peñarol de Uruguay y Mérida de España, agregó:
“Conseguí cosas tan rápido que me afectaron mucho, en ese momento tú piensas que los años no pasan. Uno venir de un pueblo, de no tener cosas que por ahí a muchos le faltan a tan corta edad, eso afecta. Todo eso te sube el ego y ya vas cambiando muchas cosas que, al final, son perjuicio para uno. La vida mía empezó a girar en torno a la rumba, no salía todos los días, pero cada espacio que tenía, me iba a divertir, sin saber que me estaba haciendo un daño. Cuando de un momento a otro, en vez de ir surgiendo, iba retrocediendo. Y comenzó la soberbia, estaba en Italia y que no estaba jugando, y me enojé porque me llamaba el profe Eduardo Lara y me decía que David Ospina se estaba consolidando y yo allá sin jugar”.
Este exmeta, que también tenía un gran mercado por sus cualidades y su buena talla (1,87 metros), se refirió a cómo se siente hoy día, aclarando que está alejado del alcohol y las fiestas: “Me siento tranquilo, aprendiendo a vivir, sabiendo vivir y muy contento de lo que estoy viviendo ahora, porque tuve un momento bastante desubicado y gracias a Dios estoy adaptándome a lo que es lo bueno de saber vivir”.
Libis, que en dicha Tricolor sub-20 compartió camerino con jugadores como Falcao García, Camilo Zuñiga, Cristián Zapata, Abel Aguilar, Mauricio Cassierra, Dayro Moreno, entre otros, cosechó títulos en Colombia y Uruguay.
