La última vez que el juniorista disfrutó de un partido de vuelta en una finalísima fue para 2017, cuando enarboló frente al Medellín la Copa Colombia.
Por: Iván Peña Ropaín.
Para muchos se convirtió en un mal negocio la noticia que dio a un medio de la ciudad el presidente del Junior de Barranquilla, Antonio Char, sobre el jugar el partido de vuelta de la final de la Superliga 2026 en el estadio El Campín de Bogotá.
La disputa de ese título será contra Santa Fe de Bogotá y tiene como fechas previstas el jueves 15 de enero, el primer choque, y el miércoles 21 de dicho mes, el segundo compromiso. Pero resulta que la cuestión debía abrir en la Nevera y cerrar en Quilla.
Lo anterior, debido a que la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano (Dimayor) tiene como ítem para definir quién abre en casa y cierra como forastero las posiciones en las que acabaron los dos finalistas en la tabla de reclasificación de la temporada inmediatamente finalizada.
Es decir, en el caso de esta final que afrontarán el rojo de los cachacos, ganador de la Liga-I, y el equipo de los barranquilleros y costeños junioristas, campeón de la Liga-II, por regla debe afrontar su segundo cotejo en Barranquilla, ya que el Tiburón figuró en la casilla tres de mencionado tablero con 90 puntos, mientras que el León fue quinto con 87.
No obstante, la ilusión de volver a cerrar una final como local, de lo que no gozan los junioristas desde la disputa de la Copa Colombia 2017 (se la ganó Junior al Medellín), no se podrá dar en esta Superliga, así el reglamento le conceda tal prerrogativa. Antonio Char informó que, debido a los trabajos de ampliación que se adelantarán desde enero en el Metro y cuyo cierre está previsto para antes del 21 de ese mes, desafortunadamente se tuvo que cederle al conjunto bogotano la opción de acabar como local.




