El Rojiblanco podría acabar al final de esta jornada, si Nacional vence en su juego al Medellín por tres goles de diferencia y sin recibir, en la casilla cuatro.
Por: Iván Peña Ropaín.
Junior de Barranquilla, una vez más como ha ocurrido en el último tiempo, vuelve a ver derrota frente al América de Cali, luego de caer 2-1 en el estadio Francisco Rivera Escobar, en el municipio valluno de Palmira, en el juego correspondiente a la fecha 17 de la Liga Betplay-II, y aunque ya está clasificado a los cuadrangulares semifinales, desperdició una gran oportunidad de “sacarse una de las espinitas que tiene clavada” al dejar a ese equipo al borde de la eliminación. Pero no, como suele hacer el Rojiblanco, concede vida, y eso hizo para con el Escarlata.
El conjunto barranquillero expuso un primer tiempo término medio en cuanto a su rentabilidad futbolística en una cancha cuyo estado no era el más óptimo, no arrancando bien los primeros minutos, pero luego acomodándose en el gramado y luciendo mejor.
Si bien el equipo de los barranquilleros no era claro en la consecución del tanto que rompiera el celofán, al menos le manejó por varios pasajes la ‘pelotica’ al rojo de los caleños, que tampoco era que tuviese una propuesta ofensiva con amenazas importantes en el pórtico defendido por Mauro Silveira.
Esfumándose esos primeros 45 minutos, cuando el reloj arbitral se adentraba a los 40′, se produjo un córner propiciado por una sacada del meta ‘rojiblanco’. Empero, a los dos minutos siguientes, cuando se dio el cobro de esquina, Yimmi Chará se elevó por los aires para tratar de despejar de cabezazo en el primer palo, pero por lo pequeño que es acabó peinando la pelota y dándole dirección a su propia cueva.
Con esa diana en contra para el Tiburón, la primera parte se sentenció a favor del Diablo, aunque inmerecida esa victoria parcial que se embolsillaba y que le estaba dando vida en sus aspiraciones de no complicar su clasificación a los ocho.
De la alegría por un golazo a la amargura de la derrota
La etapa complementaria fue mucho más para Junior de Barranquilla, hay que decirlo, pero al final eso no sirvió de nada porque terminó derrotado 2-1, luego de que igualara las acciones con un “pepón” de Bryan Castrillón.
El estratega Alfredo Arias se la jugó de salida con un ofensivo, Castrillón, y sacando al lateral Edwin Herrera, movida que le puso a recomponer la línea defensiva, ya que había salido con cinco en el fondo y quedando posteriormente con Jermein Peña y Jhomier Guerrero como laterales y Javier Báez y José Cuenú en el backcentral.
Ese ingreso de Castrillón le dio más movilidad y con profundidad al cuadro costeño, generando este jugador dos fuertes remates que contuvo el arquero Jorge Soto, los que salvaron a su América de Cali, pero después le vino a este un “bombazo” inatajable.
Bryan Castrillón la inició por banda izquierda y él mismo la concluyó, luego de dársela a Chará y de que este se la devolviera en primera intención y, al transportar la bola unos cuantos metros y al ver que se aproximaba al borde del área ‘escarlata’, sacó un derechazo que se la acomodó al palo izquierda de Soto, que se lanzó para la foto.
No obstante, a siete minutos de los 90′, la paridad que se dibujaba en el Francisco Rivera Escobar y la alegría en la que se sumergían los junioristas al ver que América se estaba quedando sin opciones matemáticas de clasificar a los ocho, se destiñeron con el dos a uno final.
Ese tanto vino en una marca floja de un hombre que llegó como refuerzo y no ha dado garantía alguna: el backcentral Cuenú, al dejarse ganar la posición del jugador Luis Ramos en un pase cruzado a las 16 con 50, no observándosele al futbolista del Junior ni un ápice de viveza al buscar anticipar la jugada, tal como lo debe entrenar casi que a diario.
¡Chao empate y bienvenida una nueva derrota ante América de Cali!
