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Junior clasificó al octogonal: los 4 equipos de Antioquia y los 2 de Cali quedaron eliminados

El Tiburón enfrentará a Millonarios, Bucaramanga y Pereira, en el Grupo A.

Por: Iván Peña Ropaín.

Junior de Barranquilla logró, como suele hacerlo con sufrimiento y suspenso, clasificarse a los cuadrangulares semifinales de la Liga Betplay-I al empatar, la noche del domingo 28 de abril, cero a cero con Deportivo Cali en su estadio Palmaseca, quedando en el puesto siete con 29 puntos.

Arturo Reyes paró en el gramado del estadio Palmaseca el siguiente equipo: en el arco Santiago Mele; en defensa Gabriel Fuentes, Walmer Pacheco, Jermein Peña y Emanuel ‘Turro’ Olivera, este último retornando a la cancha tras superar su lesión; Víctor Cantillo y Didier Moreno en zona de recuperación; Luis ‘Cariaco’ González, Yimmy Chará y Johan Bocanegra en medio ofensivo; y Carlos Bacca en punta.

La primera parte arrancó con intensidad de lado y lado. Por los dueños de casa, frente a la necesidad de los tres puntos por terminar algo distante de los puestos del descenso este semestre, y por la visita, como causal también de la victoria para clasificarse sin entrar a depender de lo que pasara en Envigado, Manizales y Bogotá.

En ese vértigo, el Tiburón era el más activo e inquietante en pórtico contrario, pero sin profundidad. Eso sí, fue quien más manejo le dio a la pelota, aunque de forma fluctuante su émulo igualmente cimentó transiciones ofensivas a su favor.

En todo este tiempo inicial la más cristalina fue la del minuto 30, esta para el Cali, pero por suerte para el Tiburón su golero Mele, en un achique casi igual al de ‘Dibu’ Martínez en la final del Mundial Catar 2022 ante Francia, evitó que en un fuerte remate en sus 16 con 50 Andrey Estupiñán rompiera su red, levantándose ahí mismo del piso y despejando de un pueñtazo.

Antes de esa acción de ataque del Azucarero, el cancerbero “charrúa” tuvo dos intervenciones buenas, controlando sin tanto riesgo.

Cayendo los primeros 45 minutos, Reyes se vio obligado a mover su banco por una lesión de Pacheco en su hombro izquierdo, dando paso inmediatamente a Edwin Herrera.

Se escuchó el silbatazo final del central antioqueño Wílmar Roldán con un cuadro costeño sacudiéndose del valluno, que terminó luciendo mejor, intentando incomodar la cueva del panameño Alejandro Domínguez, empero concluyendo todo ahí.

¡Se sufrió, pero al final se clasificó!

De salida para la segunda parte, Reyes puso en el terreno de juego a Vladimir Hernández y sacó a Bocanegra, quien no se escuchó durante la etapa anterior.

En el comienzo de este nuevo periodo, sabiendo los jugadores del ‘currambero’ que Medellín le ganaba parcialmente al Envigado, la idea fue salir de una a anotar el 1-0, pero fue el verde caleño el que tuvo la primera para quebrantar el celofán.

Marcaba el 50′, cuando en una pérdida de pelota en mita de cancha, saliendo los junioristas hacia campo contrario, Jarlan Barrera aprovechó la situación y filtró al area la esférica para Freddy Montero, quien se la punteó a Mele, que salía a achicar, y tomó la redonda destino a cruzar la línea de gol, pero Peña fue más rápido y la rechazó hacia la banda lateral.

Los minutos se dibujaban con un elenco barranquillero deslucido y un verde encima por marcar, llenando de tensión a la hinchada rojiblanca, porque era de conocimiento que de recibir un tanto, automáticamente, Medellín lo sacaba de los ocho.

A raíz de ese panorama, Arturo-III, en su lectura, decidió meter a otro volante de contención para tratar de poblar con más hombres ese sector, insuflando a Homer Martínez por un ‘Cariaco’ que se había apagado, aunque parecía ser muy temprano para entrar a defenderse, pero al final le salió.

Junior de Barranquilla jugaba este último partido del torneo regular en el límite de la diana que le diera el acceso al octagonal o de esa que lo relegaba de tal instancia.

Sentándose las acciones en un tenue juego en la ‘bomba central’, al 70′, el Rojiblanco tuvo la más clara en una combinación de Chará abriendo banda con Fuentes y este centrando cruzado al área chica del meta Rodríguez, quien si no estira su pierna se le emboca en su arco, previo a que Bacca se arrojara y no alcanzara a darle el puntillazo.

Con la presencia de Homer, hay que decirlo, Junior encontró algo de control en zona medular ante las embestidas suscitadas por el contrario, sucumbiendo el compromiso en una especie de oxigenación por parte de los dos bandos.

A seis del final, entró para el de la Arenosa Marco Pérez por Carlos Bacca. Un cambio posicional del estratega samario, sin decir que es culpa de este último, que no marcó diferencia en el ataque de su equipo.

Pero menos mal la cosa no pasó de un susto a infarto, porque el tiempo se agotó e inscribió a Junior entre los ocho clasificados, más cerca de la defensa del título que posee.

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