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Junior bailó samba en Río de Janeiro y con su “jogo bonito” venció a Botafogo por Libertadores

El Tiburón en la próxima jornada (2), el martes 9 de abril, a las 9:00 p.m., recibirá a Universitario de Perú, que también viene de ganar en su estreno en este Grupo D, venciendo a Liga de Quito.

Por: Iván Peña Ropaín.

No fue samba, fue cumbia, champeta y salsa lo que sonó, la noche del miérocles 3 de abril, en el estadio Olímpico Nilton Santos, en Río de Janeiro, Brasil, una vez Junior de Barranquilla derrotó 3-1 a Botafogo en el duelo por la fecha 1 y que representó su debut en la Copa Libertadores de América 2024, empezando con este importante triunfo al comando de su Grupo D con tres puntos, los mismos que Universitario de Perú, pero imponiéndose por la diferencia de gol.

Las acciones y emociones en dicho escenario iniciaron en tan solo 33 segundos del pitazo inicial, poniéndolas sobre el tapete la visita por intermedio de Víctor Cantillo, sorprendiendo a todos con un remate de media distancia que pasó cerca del palo de la mano derecha del meta Roberto ‘Gatito’ Fernández, quien no se lo esperaba.

Se dibujó con esa jugada, aunque fuese tempranísimo para entrar a analizar pero lo que al final destelló en los primeros 45 minutos, la actitud de salir a atacar, sin miedo y de forma irrespetuosa por parte del elenco adiestrado por Arturo Reyes, quien también conminó a sus muchachos a que en el momento de defender, todos debían bajar para hacerlo. ¡Había que sudarla para adjudicarse un buen resultado!

Celebración del buen penal ejecutado por Bacca, el que empezó a enmudecer un estadio carioca a reventar

Así mismo, se trazaba un toma y dame esporádico, aunque con mayor profundidad por los lados del Tiburón, que por su muy buen desempeño se vio con tres anotaciones rápidamente, merecidas, sin dudas, así muchos futboleros no se imaginaran lo que verían con el transcurrir del tiempo en esa primera escena del duelo entre colombianos y brasileños.

Al minuto 2, el dueño de casa, en réplica, se activó desde fuera del área, pateando una de sus estrellas, el puntero Tiquinho, pero su disparo fue encajonado sin molestia alguna por el arquero uruguayo Santiago Mele, de muy vitales intervenciones, como ya está acostumbrado al juniorísmo.

El marcar la diferencia en el manejo de juego en los primeros 20 minutos, así como la efectiva referencia en la marca que exponía en el gramado sintético del Olímpico Nilton, le concedió al Rojiblanco su segunda arremetida, con mucha más peligrosidad que la anterior.

En su curso el reloj por el minuto 5, luego de una descolgada por banda derecha de José Enamorado, gran figura en la primera etapa de este estreno del conjunto costeño en la “gloria eterna”, superó en velocidad a un defensa contrario, penetrando las 16 con 50 y centrando rasante para Carlos Bacca, quien ya comenzaba a olfatear el gol y estaba situado en el punto penal, pero el central de Botafogo, Lucas, interceptó para enviarla al córner, salvando a su bando.

Chará y su abrazo a Fuentes por su gol convertido, el que comenzaba a dar un palpito de triunfo

El fútbol con espacios y hacia adelante se le era factible al club de Barranquilla, hay que decirlo, porque el elenco brasileño dejaba jugar e inició con el gesto de ser el primero en romper el celofán.

No obstante, el comportamiento con carácter en ataque y concentrado en defensa le seguían atribuyendo protagonismo al club colombiano en tierras brasileñas, degustando la chance que les permitió que fueran ellos quienes abrieran la cuenta.

Un escurridizo Enamorado, al 10′, tras recibir un pase largo de Bacca, se llevó por sector derecho y en diagonal al lateral Hugo, logrando su objetivo: producir el centro al área chica para buscar a Bacca, pero la bola es cortada en su trayectoria por la mano izquierda del backcentral Barboza. ¡Mano clara y sancionada por el central chileno Cristián Garay Reyes!

‘Goleador70’, con total frialdad, tomó la bola, la puso en el punto blanco y, al minuto 13, la embocó a la esquina derecha de la cueva de ‘Gatito’ para poner el 1-0 parcial. Ese tanto fue producto de la actitud correcta con la que salió a encarar este compromiso, corriendo en busca de la victoria, la que se veía posible, sumándole a tal destacada rentabilidad futbolística, el orden defensivo que implantó.

El atacante de Puerto Colombia volvió a anotar en este certamen Conmebol después de 13 años, siendo el entonces último festejo ante Chiapas de México en el duelo que finalizó 3-3 por la ida de los octavos de final, el 5 de mayo de 2011.

Pensando algunos que el cuadro ‘currambero’ anotando esa diana retrocedería un poco las líneas, no fue así. Tuvo cuatro minutos después (17) una para ampliar la cuenta, apareciendo en esta Enamorado tras un buen pase de Bacca en un robo de pelota y combinación de pases con Walmer Pacheco, empero el soledeño terminó definiendo desviado al vertical derecho.

Viéndose una escuadra ‘cafetera’ mejor parada y a un carioca desesperado por ver caer su red, Tiquinho, al 26,’ volvió a turbar, pero de la forma como podía porque los junioristas se venían defendiendo cabalmente: desde la media distancia. Ejecutó en bola en movimiento a considerables metros de distancia del pórtico de Mele, quien metió sus guantes y atajó brindando seguridad a todos sus socios.

Bacca y su temple gélido a la hora de driblar al arquero y facturar el segundo en su cuenta

Ahí mismo, intentando buscar la contra, el arquero “charrúa”, de forma fulgurante, jugó con Deiber Caicedo, quien al disponerse a armar el ataque, perdió la esférica, permitiéndole al jugador Junior Santos penetrar el rectángulo y meter un fuerte centro a ras de gramilla, cortando la trayectoria de la ‘pecosa’ Pacheco y en su defectuoso despeje, apareció nuevamente Mele, mandándola al tiro de esquina. ¡Se respiró hondo!

Tras salir airoso en la anterior jugada, nació el contragolpe del segundo tanto Rojo y Blanco, incipiente con una salida veloz de Caicedo con Yimmi Chará para que este cruzara la redonda a Enamorado, quien otra vez dejó regado al defensa y al sortearla al área pequeña, apareció el lateral Gabriel Fuentes como un delantero más, gritándose el segundo al 28′.

Hasta ese tramo de este primer compromiso de Junior por la Libertadores 2024, el anfitrión solo degustó una clara, dada esta al 20′, a través de un tiro cruzado en el área de Savarino, aunque un “gigante” Mele dijo de nuevo “mía”, durmiendo la ‘pecosa’ entre sus brazos.

Mele, con cada partido que disputa, sigue siendo un compacto cerrojo para su club

Apareció una vez más el golero de la institución barranquillera en un centro por arriba al minuto 31, aventajando en sus 16 con 50 a Tiquinho y arrojando la escena un susto tras la forma en que cayó Santiago Mele. Por suerte, solo fue un sobresalto, porque un par de minutos después se repuso tras recibir atención médica.

Cuando se divisaba que la primera parte cerraría con el dos a cero, siendo amo y señor nuestro del cotejo Junior de Barranquilla, se celebró el tercero. Luciendo ordenado y en uno de esos alebrestados asaltos del Botafogo, arriesgando por el tanto del descuento antes de finalizar ese período, Didier Moreno, otro de formidable partido, desde los primeros metros en cancha propia metió un pase largo a zona derecha para Enamorado, quien de primera y de tacón se la puso a Bacca, que su vez se la sirvió a un Fuentes operando improvisadamente como creativo y quien acto seguido se la cedió con un toque largo por abajo y entre líneas, dejando solo al goleador porteño con el arquero rival.

Impávido y sapiente, el 70 del equipo barranquillero encaró a ‘Gatito’ hacia su siniestra, lo dejó en el camino y la tocó con elegancia y destreza para que la pelota inflara la red y colocara el 3-0, ese que sirvió al final para que el convidado ganara, dejando de paso como registro histórico que Junior se convierta en el primer equipo colombiano que termina ganando un primer tiempo con un tres a cero en Brasil.

Excelente postura defensiva para aguantar la embestida

Para la segunda parte de este choque por la primera jornada del Grupo D de Copa Libertadores, se previó lo que sería, una bélica ofensiva del apodado La Estrella Solitaria, que sin vacilar metió al campo de juego a una de sus máximas estrellas y jugador más costoso, el extremo derecho Luiz Enríquez, y a otro de sus ágiles arriba, el centrocampista Danilo ‘Tche-Tche’.

Pese a que con el manejo del balón inició el hospedador en esta nueva etapa del cruce por el torneo Conmebol, no horadaba con alta peligrosidad en la zona de gol de Santiago Mele, quien seguía comportándose a la altura y conteniendo con personalidad cada pelota que le era descargada.

Como aquel dificultoso zapatazo del delantero Tiquinho, recorriendo el reloj el minuto 49, el cual se desvió en el central Jermein Peña, uno más de buena conducta en la cancha, y tomó dirección al arco ‘rojiblanco’, pero Mele, a guante cambiado, se estiró y la mandó a la esquina.

De haber sido diana para el conjunto que actuó con su tradicional negro y blanco, hubiese sido el segundo y habría apretado la cosa, puesto que cinco minutos antes (55), Hugo había anotado el descuento tres-uno tras un buen pase de pecho de Tiquinho, que se creyó en un primer momento lo había hecho con su brazo, pero no fue así al analizarse en el VAR.

En lo que era un domeñar completo del brasileño, aunque sin temor serio para los junioristas, estos últimos tuvieron su primera llegada de garbo en ese tiempo complementario al 55′, robando una mala entrega en salida del club contrario, que tenía todas sus líneas bien adelantadas. El volante Deiber Caicedo se la pasó a Bacca y este a su turno abrió la cancha hacia paraje derecho por donde corría en solitario Enamorado.

El jugador de Soledad, observando que dichos dos acompañantes no entraron al área, se la jugó solo desafiando a dos defensores, sacándose de la marca a uno y, antes de que le hiciera la cobertura el segundo, desenfundó un centro que se fue cerrando al arco de ‘Gatito’, aunque cayendo detrás de la malla.

En vista de que ya era momento de cuidar el marcador 3-1 que se tenía en las manos y de que el duelo entraba en los 70′, el DT Arturo Reyes dio cabida a las primeras modificaciones para oxigenar: Omar Albornoz por un agotado Enamorado y Marco Pérez por Bacca, a quien también se le veía renunciando a atacar por el lógico desgaste.

A partir de ese minuto, Junior de Barranquilla se logró quitar de encima a un Botafogo fastidioso, hilando el juego en mitad de cancha con toques de pelota y arduas recuperaciones de la misma cuando se perdía, lo que se fortificó con las dos nuevas sustituciones que efectuó Arturo-III: Homer Martínez por Chará, otro de gran desgaste en la fusión de custodia y embate, y a Johan Bocanegra por Cantillo, de quien hay que decir que fue, junto a su colega Didier Moreno, el sostén no solo en el lugar donde se debe cortar el avance del “enemigo”, sino al momento de salir jugando de atrás. ¡Es que todo el equipo se portó bien! 

Mientras el técnico Fabio Matías metía por su cuenta a más jugadores de corte ofensivo para tratar de llegar al dos que lo acercara al tres, ya que la gente en las tribunas del Olímpico Nilton Santos se impacientaba como él, Reyes, a cuatro de los 90 reglamentarios, colocó al lateral Edwin Herrera y sacó a Caicedo, ya con la férrea idea de defender a como diera lugar el score que le decía que se estrenaría con gane en la competición de clubes más importante en Sudamérica.

Con un par de llegadas con aciertos de diana, pero con Santiago Mele estando muy atento bajo los tres postes, se escurrieron los 90+5 que adicionó el referí austral Garay Reyes, quien quedó escrito en este histórico triunfo en la tierra de la samba, donde en esta ocasión prevaleció, como se dijo en el inicio de esta crónica, la cumbia, champeta y salsa que puso a sonar y bailó el club que pertenece a los barranquilleros y aquellos costeños que se identifican con Junior.

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