El sujeto capturado y su presunto cómplice deberán responder por el homicidio de Lorena Patricia Avendaño.
Por: Iván Peña Ropaín.
Al acoger los materiales probatorios y argumentos expuestos por la Fiscalía, una juez de control de garantías del municipio de Sabanalarga decidió dictar medida de aseguramiento preventiva de la libertad en establecimiento carcelario en contra de Néstor Andrés Poveda Florián y Oswaldo César Santiago Sierra, los indiciados del asesinato de Lorena Patricia Avendaño Urueta, acaecido la madrugada del martes pasado en el municipio de Usiacurí, en el norte del departamento del Atlántico.
En las audiencias de imputación de cargos adelantadas en contra de Néstor Poveda, excompañero sentimental de la mujer de 41 años, y Oswaldo Santiago, amigo de este y conocido de la hoy occisa por posible estrangulamiento, se les impartió tal medida contemplada en el Artículo 307 literal A numeral primero del Código de Procedimiento Penal.
Ese de anotar, a la defensa de los imputados les fue negada su petición de que dicha medida la cumplieran en sus lugares de residencia.
La idea es evitar que los señalados obstruyan el debido ejercicio de la justicia, al colocar óbices al proceso judicial intentado huir o no presentarse a las audiencias buscando dilatar, por ejemplo. Asimismo, la juez de este caso, cuya víctima mortal dejó una niña de 12 años, tuvo en cuenta el concepto presentado por el fiscal, quien sostuvo que ambos sujetos representarían un peligro para la sociedad.
Eso último, precisándose por parte del ente acusador, que si bien Néstor, expareja de Lorena Patricia, y Oswaldo, amigo de este y conocido de la mujer, tenían parentescos y proximidades con ella y aún así la habrían asesinado para, presuntamente, apoderarse de su celular.
A Néstor Andrés Poveda Florián y Oswaldo César Santiago Sierra le endilgaron el delito de homicidio agravado calificado. Las audiencias continuarán este lunes.
Lo que se ha ventilado en las diligencias judiciales
Se van conociendo detalles de este caso que conmocionó a los habitantes de Usiacurí y el cual no tenía claridad en su momento, cuando la mujer había sido conducida de urgencias por Néstor Poveda, su expareja sentimental, al hospital de Usiacurí para que le prestaran atención médica, pero la fémina ingresó sin signos vitales.
En las horas posteriores no se tenía nada claro de lo que le sucedió a la comerciante, más todavía porque Néstor, quien estaría en estado de alicoramiento, al ser interrogado por los policías sobre lo sucedido no suministró información precisa del por qué la remitió a dicho centro asistencial.
No obstante, enterados de la muerte de su allegada, la familia señaló inmediatamente a su expareja de haberla asesinado, tomando lógica esto frente a las marcas de rasguños y maltrato que registró la occisa en su cuello al momento de ser inspeccionado el cadáver.
Las investigaciones adelantadas por Fiscalía llevaron a que se emitieran capturas en contra de Néstor Andrés Poveda Florián y su amigo Oswaldo César Santiago Sierra, develándose en las audiencias que todo obedecería a un maquiavélico plan urdido por ambos hombres, quienes tenían como abyecto propósito el ingresar a la vivienda de Lorena, aparentemente, con la pantomima de robar.
Todo cogió un tinte real de feminicidio, al informarse por parte del ente investigador que tanto el excompañero sentimental como su amigo, quienes habrían estado ingiriendo licor horas previas del trágico desenlace, pasadas las 12:00 de la madruga se dispusieron a actuar, entrando por el garaje de la casa, situada en el barrio Salsipuedes, sin forzar las cerraduras y sin hacer mucho ruido, pues Néstor Poveda, con quien Lorena convivía allí pero sin tener alguna relación amorosa (separados pero bajo el mismo techo), una vez pusieron fin a la relación meses atrás, tenía llaves.
Estando al interior de la residencia, se siguió relatando por parte de la Fiscalía, basándose en lo que les arrojaron las pesquisas adelantadas sobre el caso, los dos individuos, encapuchados y armados, se separaron. Oswaldo cogió rumbo hacia la habitación de la hija de Lorena (producto de la relación de quien sería su victimario) para conducirla a un cuarto contiguo, mientras Néstor se adentraba de forma violenta a la alcoba de la víctima mortal, con quien se habría trenzado en una fuerte discusión y forcejeo, desatando ello la posible asfixia que, presuntamente, acabó con la vida de esta mujer que era muy querida entre los usiacureños.
No obstante, deduciéndose de lo que ha dicho el fiscal del caso, la cosa viró de, un simple robo, a que probablemente se trataría de actuaciones motivadas por celos.
Lo anterior, pues el ente investigador señaló que Néstor Poveda pretendía llevarse el teléfono celular de Lorena Patricia para revisarle las llamadas que hacía y que ha recibido, así como para ver las conversaciones que sostenía en redes sociales y por Whatsapp.
En la información contenida en el escudriñe de lo que le habría sucedido a esta mujer, la Fiscalía también dictaminó que tras haber ocurrido la asfixia de Lorena y percatarse Oswaldo Santiago de la dantesca escena, salió corriendo de la casa y huyó en la moto en la que habrían llegado al sitio.
Por su parte, en medio del desespero y el susto por lo que habría hecho, lo primero que hizo Néstor fue correr hacia donde estaba su hija y manifestarle que a su mamá la habían asesinado en medio de un asalto, procediendo luego a tomar a Lorena para ingresarla a una ambulancia, que llegó a la escena tras el llamado que hicieron familiares de la mujer al escuchar los retumbantes gritos que en plena madrugada del martes hizo la menor, luego de salir despavorida a la calle pidiendo ayuda.
Del vehículo de atención médica, en el que los paramédicos no pudieron restablecerle sus signos vitales, Lorena Patricia fue conducida rápidamente al hospital de Usiacurí, donde, desafortunadamente, se confirmó su deceso.
