“Nosotros no le paramos bola a eso, él tampoco”: lamentó la hijastra del hombre.
Erick Enrique Blanco Puerta perdió la vida a sus 27 años de edad luego de ser mordido por una rata en el barrio Carrizal, en la localidad metropolitana de Barranquilla.
El joven, quien trabajaba en una fábrica de bollos y en los ratos libres se dedicaba a motilar, desestimó que la mordedura del animal desencadenara una tragedia.
“A él lo mordió una rata, tuvo contacto con líquidos del animal, le dio fiebre tras la mordedura, uno no le paró bolas y él tampoco, él llegó a la casa, se tomó un vaso de agua, en ese momento se puso mal y le dijo a mi mamá: ‘María, me tomé un vaso de agua y me siento mal’, nosotros pensamos que se había resfriado porque donde él trabajaba era caliente y como está dando virus de fiebre también pensábamos que era eso”, contó Leidys Paola Zúñiga, hijastra de Erick.
Blanco Puerta no tenía hijos, vivía con su compañera sentimental e hijastras. Al ver que su estado de salud empeoraba, la pareja del hombre le pidió que fuese a un hospital, pero él no lo quiso hacer y dejó pasar el tiempo.
“Mi mamá le insistía para ir al médico y él no quería ir, él duró varios días enfermo, a lo último se puso muy mal, lo llevamos el miércoles al hospital, él estaba hablando normal y de repente lo pusieron en UCI, los médicos le comenzaron a hacer exámenes y le salió que además de la mordida también tenía orín de rata, que le causó leptospirosis“, contó la joven.
La hijastra del fallecido agregó: “Por la enfermedad que le transmitió el animal, sus órganos se infectaron y botaba sangre por la boca. Él murió el viernes, estamos sin palabras. Él se portó bien con nosotros, sus hijastros, porque no éramos sus hijos de sangre, pero quería mucho a mi mamá, dejaba de comerse su plato de comida, quedan muchos recuerdos”.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle