Las voces heridas de los parientes de posibles víctimas de feminicidio en el Atlántico hicieron un llamado a las autoridades. Estas son sus historias.
Por: Laura Rocco
“Ustedes son hijos de una mujer” fue el reclamo cargado de indignación que hizo una de las personas que participaron en la tarde de este 22 de mayo en un plantón frente a la Fiscalía, en el centro de Barranquilla, Atlántico, pidiendo justicia por víctimas de feminicidio en el departamento.
Aunque a veces sienten que no tienen más lágrimas para derramar, el dolor sigue brotando de sus ojos como una fuente interminable al pensar que a sus seres queridos les arrebataron la vida y la justicia no actúa con rapidez y contundencia.
“Hoy exigimos a la Fiscalía no más vencimiento de términos, es una vergüenza, la Fiscalía tiene que rendirles toda la atención a los familiares de las víctimas, aquí se encuentra la familia de María Alejandra, de Valentina, de Margarita, la familia de Yennifer Ortega, queremos justicia”, expresó una representante del Movimiento Social de Mujeres.
“Mi hija no se suicidó”
La patrullera María Alejandra Guerrero Montiel, de 22 años y natural de Hatonuevo, La Guajira, murió el pasado mes de abril tras caer al vacío desde el quinto piso de un conjunto residencial en Caribe Verde, en la capital del Atlántico.
José Guerrero, su progenitor, expresó durante el plantón sobre la hipótesis de que su hija se quitó la vida: “Eso es algo inexplicable. María Alejandra tenía una proyección de vida muy definida, ella sabía lo que quería. De la noche a la mañana que venga un superior de ella a manifestarnos que se había lanzado de un quinto piso no tiene ninguna razón de ser”.
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Un caso similar es el de Valentina Cepeda Rodríguez, joven instructora de yoga y estudiante de Licenciatura en Educación Infantil quien perdió la vida en medio de hechos confusos registrados entre la noche del martes 9 de abril y la madrugada del miércoles 10 de abril del año 2024 en el interior del apartamento donde residía, en Villa Campestre, Puerto Colombia.
Su familia cree que el compañero sentimental de la joven, Felipe Rivera, fue quien acabó con su vida, aunque él indicó que ella tomó una decisión fatal. Lourdes, madre de Valentina, expresó:
“Mi llamado es a que aceleren el caso, ya mi hija tiene trece meses y estamos en lo mismo. Estoy confiando en el nuevo fiscal porque el fiscal anterior duró seis meses con el caso y lo engavetó, y a la última lo dejó tirado. Confío que me van a hacer justicia por mi hija. Valentina no se suicidó, a ella la mató su pareja, su compañero y él anda suelto como si nada”.
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“Dos niños que lloran por la muerte de su madre”
Una de las intervenciones que más estremeció a los ciudadanos que se detuvieron a observar la manifestación fue la de Rosalba Gómez, prima de Yennifer Ortega Vega, quien fue asesinada el 15 de octubre de 2024 en el municipio de Repelón, presuntamente, por su pareja sentimental, Alfonso Gómez Mendoza.
“Dejó a una madre y a un padre que hoy en día están enfermos a partir de la muerte de su hija. Les decimos a los fiscales pónganse la mano en el corazón, ustedes son hijos de una mujer, tienen hijas, tienen madre, tienen hermanas. Quedaron dos niños que lloran por la muerte de su madre, dos niños que siempre, al entrar a su casa, lo primero que recordarán es a su madre y el padre riéndose y comiendo tranquilo en Sabanalarga”.
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“La encontraron en un pozo”
Patricia Hernández Viloria, madre adoptiva de Cristina Paola Escorcia, joven de 19 años de edad que fue hallada enterrada y con signos de tortura en las afueras de un cambuche, en una invasión conocida como el Bronx en Ponedera, Atlántico, manifestó:
“Quiero que haga justicia por la hija mía de 19 años, a quien encontraron en un pozo a cuatro cuadras de donde yo vivo y estoy pidiendo justicia para que cojan al individuo que la mató, que todavía es la hora y se encuentra en el pueblo. Mi hija tenía dos meses de embarazo, no teníamos conocimiento de que ella hubiese sido víctima de violencia intrafamiliar. Esa muerte fue de repente. Pido que se haga justicia por mi hija, Cristina, que tenía 19 años y un bebé en el vientre”.
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Margarita y Sara
Tres años y cinco meses después de la muerte de su hija Margarita, Janeth Márquez sigue luchando para que su caso no que en la impunidad. La joven fue hallada sin vida en la trocha Sinaí, el 19 de diciembre de 2021 cuanto tenía seis meses de embarazo.
Margarita salió de su vivienda el 18 de diciembre de ese año alrededor de las 6:15 p. m. con la excusa de encontrarse en el centro comercial Viva de Barranquilla con un amigo que era conocido por su familia. La mujer abordó un carro el cual aseguró que era un InDriver, sin embargo, el vehículo cogió rumbo a Galapa, ella nunca regresó a casa y dicho amigo aseguró que él no iba a verse con ella.
Para los familiares de la joven, Beto Sánchez, quien era el padre de la bebé que Margarita esperaba, y quien, presuntamente, le había insistido que abortara, sería el principal sospechoso del crimen.
“Todavía no hay justicia. Él no está capturado, está en libertad, no sabemos dónde. El caso ha avanzado con el fiscal que está ahora. Yo siempre he dicho que mientras las autoridades en Colombia no le den un escarmiento a esas personas que se atreven a quitar una vida, o en el caso de mi hija dos vidas, porque ella estaba embarazada, van a seguir haciendo eso. La justicia colombiana debe replantear la manera cómo procesan a los feminicidas”, dijo Janeth, quien aunque esta vez no pudo asistir al plantón por problemas de salud, estuvo representada allí por otras personas.
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¿Dónde está Isamar?
Hace más de un año, el 11 de mayo de 2024, se registró la desaparición de Isamar Johanna Algarín Torres, mujer de 28 años de edad que fue dejada en libertad tras ser capturada en medio de un operativo donde detuvieron a presuntos miembros de un grupo delincuencial, en Barranquilla, Atlántico.
Carla Algarín, hermana mayor de Isamar, recordó: “Ella estaba con un amigo, la Sijín llegó a donde estaban ellos comiendo, viéndose un partido, y les dijeron que era un allanamiento, a ella la cogieron y la soltaron porque era inocente, no tenía antecedentes, desde ese día ella desapareció. Lo único que queremos es que nos digan qué hicieron con ella, yo lo pido es por mis sobrinas, porque ellas todos los días nos preguntan a nosotros: ‘¿Dónde está mi mamá?‘, y nos tocó decirles la verdad, que su mamá desapareció porque ya no sabíamos qué decirles a las niñas, es un dolor muy feo, una de las niñas tiene 5 años, otra tiene 7 añitos y la otra tiene 12 años”.
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