No hay más que decir solo que para que el Tiburón llegue con chances a la última fecha, los dorados no deben dejar ganar al Pijao.
Por: Iván Peña Ropaín.
“Prendiéndole veladoras a Águilas Doradas de Rionegro“, aunque otros dicen que no tiene por qué hacer eso, pues “no se merece ir a la final un equipo tan regular tirando a malo”, lo cierto es que implorando partieron los jugadores de Junior de Barranquilla hacia la capital del Valle del Cauca, donde afrontarán este sábado, a partir de las 8:15 p.m., su juego ante Deportivo Cali por la quinta jornada (penúltima) en su Grupo A de las semifinales de Liga Betplay-II.
Y es con los que se ciñen a esos temas religiosos y de las variables que trae consigo las cosas del más allá, que el Rojiblanco compagina en estos momentos, es esa la sujeción a la que se atienen, pues es el equipo dorada y solo él, quien puede darle nuevamente vida en su objetivo de clasificar a la gran final.
Al estadio Palmaseca saltará el equipo dirigido por Arturo Reyes conociendo cómo quedó el Deportes Tolima, que en el Manuel Murillo Toro de Ibagué, desde las 6:00 p.m., chocará con Águilas, al que sacándole una victoria le dará el tiquete a la finalísima para disputar el título con el que pase en el cuadrangular B.
El Tiburón estará atento y apretando para que los antioqueños venzan a los tolimenses, lo que muchos ven como algo muy difícil, aunque no imposible. Ello, puesto que el Pijao viene jugando muy bien y mostrando un contundente poder ofensivo al marcar en todos sus partidos en esta fase de ‘semis’.
Más todavía porque después del triunfo, la semana pasada, como visitante ante el Azucarero dos goles por cero, los jugadores del Tolima llegan con la moral alta, sabiendo que hasta el empate los clasificaría, eso sí, les tocará entrar a mirar el cotejo siguiente entre caleños y barranquilleros, requiriendo solo que no sumen de a tres los segundos.
Sin más que decir, hay una sola realidad para los hinchas barranquilleros y aquellos costeños que se identifican con Junior, primero pensar en lo que haga Águilas Doradas de Rionegro en Ibagué. Luego, pensar en lo que tenga que hacer el conjunto costeño, de dársele el milagro, claro está, porque si no, ya se entrará a pensar en el 2024 en forjar un verdadero proyecto deportivo que ayude a borrar los fracasos que trae el Rojiblanco después que de ganara en 2020 su último trofeo, la Superliga al América de Cali.
