“Sus deseos son seguir estudiando y por supuesto que contará con el soporte de la familia”, contó la hija de la adulta mayor.
La edad no es un impedimento siempre que el alma se mantenga joven y la llama del deseo por lograr las metas no se apague, de eso está convencida Idalides Benítez de Lozano, quien a sus 97 años aprendió a leer y escribir.
La cita para Idaliles y 57 adultos más se llevó a cabo a partir de las 2:00 p. m. del 19 de diciembre en el Auditorio Biblioteca Misael Díaz Urzola de la Universidad de Córdoba.
Con la certificación de estas 58 personas, beneficiarias del proyecto de alfabetización, culminó el proceso liderado desde la institución, que en total graduó a más 1.557 cordobeses que aprendieron a leer y escribir.
“Este proyecto se ejecuta gracias a una alianza entre la Universidad de Córdoba, el Ministerio de Educación y varias alcaldías del departamento de Córdoba”, indicó la institución.
Idaliles, madre de diez hijos y la mayor de los graduandos, se ganó el amor de sus compañeros y docentes, y hoy es motivo de orgullo para la universidad que la vio alcanzar su meta. El certificado lo recibió de manos del rector de Unicórdoba, el Dr. Jairo Torres Oviedo y de la secretaria de Educación de Montería, Dra. Lina Cordero.
“Con la dignidad campesina adquirida en la vereda Los Caños, Montería, y con 97 años cumplidos, doña Idalides Benítez de Lozano aprendió a leer y escribir gracias a la oportunidad que le ofreció la Universidad de Córdoba a través del proyecto Estrategia de Alfabetización, Ciclo Lectivo Especial Integrado (CLAI 1), cuyo cierre se cumplió con el grupo al que perteneció esta longeva mujer, integrado por 58 mayores beneficiarios de la zona suburbana de esta capital”, reseño la Universidad.
Por su parte, la adulta mayor expresó: “Dios los bendiga por esta oportunidad, me siento feliz. Me siento cariñosa, alegre, me gusta leer las revistas y yo voy a seguir en eso. Yo no quería, primero, dije, uno ya viejo qué va a aprender, dije, ya uno la mente la tiene ya… y que va (…). Mi papá nunca dijo: ‘Vamos a meterla al colegio ni nada'”.
En el auditorio permanecía su hija Yina Vega Calao, docente del Departamento de Lengua Extranjera del alma mater, quien convenció a su progenitora para que cumpliera su sueño de por fin aprender a leer y escribir.
Vega contó: “Lo habíamos intentado muchas veces, pero mi mamá sentía un poco de pena porque no sabía qué tipo de compañeros encontraría. Sin embargo, en este proyecto tomó el impulso, recibió todo nuestro apoyo y lo logró, además, sus deseos son seguir estudiando y por supuesto que contará con el soporte de la familia“.