“Lo más desgarrador ha sido recibir burlas, odio y juicios, mientras el verdadero responsable permanece en silencio”.
A raíz de la filtración en redes sociales de un video íntimo en el que aparecen el cantante colombiano Beéle y la influencer venezolana Isabella Ladera, se han generado múltiples comentarios en contra de las cadena de difusión con dicho contenido explicito, acompañado, al mismo tiempo, de burlas y ofensas hacia la reconocida modelo.

El material se ha viralizado en plataformas como X (antes Twitter) y Telegram, redes sociales que al no aplicar censura a los contenidos sexuales, facilita la vulneración a la intimidad de mujeres, quienes afirman ser víctimas al ver contenidos privados publicados en la plataforma digital sin su consentimiento.
En las últimas horas, Isabella Ladera rompió el silencio y publicó un comunicado rechazando la filtración de dicho video íntimo.
Estoy profundamente devastada. Un momento íntimo y privado fue filtrado sin mi consentimiento, en un acto que representa una de las traiciones más crueles que he vivido. Ese video solo estaba en manos de dos personas: la otra persona y yo. Una persona que me mintió desde el inicio, que fue testigo de cómo enfrentaba consecuencias dolorosas por su causa y, aun así, nunca dio un paso al frente para protegerme.
Hoy, al verme estable y en proceso de reconstrucción, esa misma persona decide exponerme de la forma más baja. Este acto no solo vulnera mi privacidad, también atenta contra mi dignidad y ha causado un inmenso dolor, no solo a mí, sino también a mi familia.
Esta filtración constituye una forma de violencia hacia las mujeres. Pero lo más desgarrador ha sido recibir burlas, odio y juicios, mientras el verdadero responsable permanece en silencio. Una vez más, la carga recae sobre la mujer, sobre mí, y no sobre quien cometió el abuso de confianza.
A pesar de todo, no permitiré que esto me destruya.
No soy la primera, ni la única. No soy la verguenza de esta historia. La vergüenza recae sobre quien traicionó. Yo sigo aquí, de pie, con la frente en alto.
Por mí. Por mi familia. Y por todas las mujeres que han sido víctimas de un narcisista.
Estoy tomando acciones legales y me encuentro recibiendo asesoría para proceder por las vías correspondientes. Tampoco voy a esconderme. Tengo compromisos laborales y responsabilidades personales que demandan mi presencia plataformas digitales, y seguiré cumpliéndolos.
Mi valor no se define por un video, ni por la crueldad de otros. Mi historia no termina aquí.




