La víctima estaba trabajando en su casa, un conocido le pidió que saliera con él y a los pocos minutos se escucharon los disparos.
Fredy Rodelo Ávila, de 25 años, fue asesinado en la transversal 2 sur con calle 77, barrio Villa Selene de Soledad siendo, aproximadamente, las 5:15 p. m. del martes 8 de febrero.
Según testigos, dos hombres a bordo de una motocicleta lo interceptaron y, aunque Fredy intentó refugiarse, los sicarios lo alcanzaron y el parrillero lo ultimó a tan solo a 100 metros de su residencia.
Pese a que fue trasladado hasta la Clínica La Misericordia, del municipio en mención, allí se registró su deceso.
Fredy Rodelo, padre de la víctima, dijo en entrevista para Impacto News que su hijo trabajaba como ayudante de albañilería. Respecto a los hechos contó:
“Él estaba en su casa trabajando, estaba repellando parte del cuarto donde él dormía y en ese momento llegó un supuesto amigo a buscarlo, lo convidó a que saliera a la calle un momentico, él le dijo que no porque estaba trabajando”.
Debido a la insistencia del amigo, quien le aseguró que no se demorarían nada en la calle y volverían pronto, el joven aceptó salir. “A los pocos minutos escucharon los disparos, pero como él acababa de salir, nadie sabía que era con él”.
A través de una llamada que le hizo la hija de Fredy (padre) siendo las 6:00 p. m., él se enteró que habían asesinado al joven. “Yo estaba durmiendo en mi casa porque había llegado del trabajo, ya me iba parando cuando timbró el celular, me dijo ‘Papi, acaban de matar a mi hermano’“.
Según el hombre, su hijo tenía unas compañías que no eran de su agrado. “Él tenía unos amigos que no eran muy amigos y yo siempre le decía que esa clase de amigos no son muy buenos porque siempre traen problemas”.
Rodelo Ávila no vivía con su papá, sin embargo, se visitaban o se comunicaban por celular.
“La última vez que hablé con él fue hace diez días, él estaba detrás de mí para que lo ayudara con un curso de altura que necesitaba, que lo iban a meter en una empresa”, agregó.
El padre del joven asesinado, quien se desempeña como vendedor informal, cuenta que su gran preocupación ahora es el futuro de los dos niños que dejó su hijo.
“Ahora quedan los niños desamparados, la mamá no creo que tenga facilidades y no sé cómo podremos hacer ahí porque tampoco puedo dejarlos a la deriva, son mis nietos y prácticamente mis hijos, toda la ayuda que esté a mi alcance me va a tocar dales”, expresó.
Finalmente, el progenitor de la víctima recordó sobre la infancia y juventud de su hijo: “Desde niño él era muy hiperactivo, le gustaba mucho el juego, el fútbol, reírse, burlarse con los amigos, pero no era problemático. Toda la vida fue hincha del Junior, es más, donde murió, murió con la camiseta del Junior“.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
