El ataque que había cobrado la vida de la pareja sentimental del Alacrán ocurrió en 2023 y, al parecer, iba dirigido contra él mismo.
Durante años, la muerte pareció caminarle cerca a Jair José Ortiz Vélez. En Santa Marta lo conocían como el Alacrán, un apodo que con el tiempo quedó opacado por una historia marcada por la pérdida, el silencio y, finalmente, la violencia.
El 2 de mayo de 2023, al mediodía, Jair corrió por las calles del barrio San Jorge tratando de escapar de un ataque armado. Buscó refugio en su casa, mientras los disparos alteraban la calma del vecindario. Desde el interior, su compañera sentimental, Yesenia Montes, escuchó los gritos y abrió la puerta para ayudarlo. En ese instante, una bala la alcanzó.
La mujer fue trasladada de urgencia a un centro asistencial, pero falleció a los dos días. En esa oportunidad, Jair Ortiz sobrevivió al atentado, aunque la tragedia lo acompañó desde entonces.
Tras aquel hecho, el hombre al parecer cambió por completo; quienes lo conocían afirman que se alejó de los problemas, redujo su vida social y se concentró en el trabajo. La mecánica de motocicletas se convirtió en su refugio y en la forma de sostenerse mientras intentaba recomponer su vida tras la pérdida de su compañera sentimental.
Sin embargo, el pasado volvió a alcanzarlo este 25 de diciembre del 2025, en medio de un día festivo cargado de alegría y festejo. En horas de la tarde, mientras muchas familias celebraban la Navidad, Jair José llegó en una motocicleta a las afueras de un estadero ubicado en la calle primera con carrera 14, en el mismo barrio San Jorge.
Allí, sin persecución ni advertencias, un hombre se le acercó por la espalda y le disparó, sin que esta vez tuviera la oportunidad de huir. El Alacrán murió en el lugar, a pocas cuadras de donde, hace dos años y siete meses atrás, había perdido a la mujer que amaba.
Hoy, sus allegados aseguran que Jair José intentó cambiar su rumbo tras la tragedia de 2023, pero no logró escapar de un entorno marcado por la violencia. Dos atentados, dos fechas distintas y un mismo barrio que vuelve a vestirse de luto.
Las autoridades adelantan las investigaciones para esclarecer los móviles del crimen y establecer si ambos hechos están relacionados, mientras Santa Marta enfrenta nuevamente las preguntas que deja una vida truncada por las armas.
