La femenina dice que los médicos le dictaminan colón irritable, pero ella asegura que su padecimiento requiere una valoración de mayor especialidad.
Aunque afirma que desde niña ha padecido de manera leve problemas de estreñimiento, los últimos dos años se han convertido en un verdadero calvario y una lucha incesante para Vanesa Galindo Sincelejo, una mujer que reside en el barrio Santa Inés, del municipio de Soledad, Atlántico, que clama por ayuda y una mayor atención en salud, pues asegura que su estado físico ha ido decayendo en este lapso temporal y teme que pueda empeorar, tal como se observa en la imagen que acompaña esta nota periodística y que se subió con el previo y debido consentimiento de ella.
Impacto News tuvo la oportunidad de conversar con esta madre de 33 años, quien amablemente, pero preocupada, contó detalles de ese transcurrir “pedregoso” que le ha tocado enfrentar estos últimos dos años como consecuencia del desarrollo de un padecimiento que posee y que ha provocado serios deterioros en su estado de salud, asegurando que el principal punto de atención recae en la desnutrición que tiene, ya que desde entonces ha perdido un total de 32 kilos de masa corporal, pesando en la actualidad 40 kilogramos.
“Desde hace dos años tengo un dolor en el abdomen, que aunque no es intenso sino como unos cólicos que me dan tres o cuatro veces al día, gases y no poder ir al baño, eso ha ido empeorando con el pasar del tiempo. Todo me inflama, el agua, la comida, absolutamente todo”, contó Galindo.
En su relato agregó que en la búsqueda de encontrar un diagnóstico preciso la han sometido a dos cirugías, que ella considera “no necesitaba”; una de ellas fue la extracción de su vesícula y la otra fue un procedimiento ginecológico.
“Ninguna de las dos cosas me ha ayudado, sigo con el mismo cuadro de inflamación, dolor abdominal, estreñimiento crónico que tardo hasta nueve días sin ir al baño, he perdido peso. Todo comenzó al mismo tiempo, he perdido 32 kilos y sigo perdiendo a pesar de comer. Incluso, he estado tan débil que muy poco me levanto de la cama, no puedo caminar mucho porque mis piernas están débiles, pero todo eso me lo produce el estreñimiento y la inflamación”, subrayó.
En ese sentido, fue certera al explicar que los médicos y especialistas que la han atendido le manifiestan una y otra vez que “no tienen nada” y su afección es “colón irritable. No obstante, ella considera que el hecho de ir perdiendo peso junto con el padecimiento no es normal y les ha indicado que la valoren a profundidad, pues sus indicios sugieren que podría tratarse de la enfermedad de Hirschsprung o también llamado megacolón agangliónico, una condición patológica que le fue diagnosticada a su hijo de 17 años, cuando este era apenas un niño.
“Es una enfermedad congénita, mi hijo nació con eso, pero se lo diagnosticaron a los tres años porque tuvo una obstrucción. Yo les digo a los médicos que quizás poseo esa misma enfermedad, porque mi hijo también perdió peso, tenía dificultades para ir al baño, pero ellos no han procurado ir más allá del diagnóstico común. Cuando voy a una clínica siempre me encuentran el colon dilatado, pero me dan de alta diciéndome que no me está pasando nada y que solo tengo un colon irritable y es increíble que esto haga a una persona perder 32 kilos y tenerla en un estado de desnutrición”, expresó la denunciante.
Asimismo, recalcó que su EPS (Sura) no le ha brindado las garantías oportunas para que pueda someterse a un estudio especializado que permita a los especialistas concretar un diagnóstico preciso sobre su condición, haciendo énfasis en que todo se remite a lo que comúnmente trasciende, es decir, citas, analisis externos y valoraciones someras. Ante esto, manifestó que ha interpuesto un sin fin de peticiones, quejas, reclamos, sugerencias y denuncias, incluso, acciones de tutela contra la EPS, pero estas han sido infructuosas e improductivas.
De este modo, Vanessa Galindo solicita y clama por ayuda de especialistas y de organismos o entidades que se solidaricen con su situación, con el fin de que puedan atenderla antes de que su estado de salud empeore o se deteriore sustancialmente.
“Lo que necesito es un buen especialista o una clínica donde puedan hacerme una valoración profunda en la que vean porque estoy perdiendo peso y no darme de alta así nada más. No quiero morirme y lo único que pido es que atiendan mi clamor”, concluyó la esperada mujer.
