Muchos esperan una paupérrima némesis, ya que por el navajazo del que fue víctima el jugador Ceppelini en el pasado juego entre Nacional y Medellín, solo impusieron dos fechas de suspensión a la gradería de donde le arrojaron el objeto cortopunzante.
Por: Iván Peña Ropaín.
Poquísimo o nada será la determinación que tome la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano (Dimayor) con la reciente mala imagen observada, el domingo pasado, en el estadio de Techo, en Bogotá, donde La Equidad y Santa Fe protagonizaron su juego por la segunda fecha del Grupo B de las semifinales de la Liga Betplay-I, acabando este 2-0 a favor del Cardenal.
En ese duelo, cursando este por el minuto 50, desde la tribuna norte u oriental de mencionado escenario le arrojaron con violencia una moneda a la asistente de línea, Jenny Torres, la cual por poco y le da en su ojo derecho, causándole una herida en la parte del rostro en la que fue impactada por el desadaptado hincha del santafesino, quien al final no fue individualizado.
Y se dijo en un comienzo que los futboleros en el país esperan que Dimayor emita una irrisoria sanción o, en su defecto no imparta nada, pues han sido muchos los casos similares en los que no ha habido un castigo ejemplarizante hasta ahora.
Es que ni si quiera lo hubo tras la riesgosa agresión de la que fue víctima el jugador uruguayo Pablo Ceppelini en el duelo que sostuvieron Atlético Nacional y Medellín en el estadio Atanasio Girardot, el pasado 21 de abril y correspondiente a la fecha 18 del torneo regular.
El futbolista del verde que pertenece a los antioqueños, cuando se disponía a realizar un saque de banda por la lateral de la tribuna de oriental, recibió un navajazo en su cabeza, elemento cortopunzante arrojado desde la gradería por un adepto al Dim. De haberle dado en la garganta, la situación habría sido más complicada, pues el elemento le causó una sutil herida al impactarlo.
Y cuál fue la penalidad impuesta por las autoridades que rigen el fútbol profesional colombiano, solamente dos fechas de suspensión a la tribuna y una multa económica de 13 millones de pesos para quien fungía como local ese día, el bautizado Poderoso de la Montaña.
