Asoganorte reportó que la producción de leche y de carne ha disminuido debido a la sequía.
Una dura advertencia ha lanzado la Asociación de Ganaderos de la Costa Norte Colombiana, Asoganorte, por cuenta de los efectos que está generando el fenómeno de El Niño dentro del ámbito productivo de la ganadería, que según cifras reveladas, ha dejado hasta el momento 6.300 reses muertas en los siete departamentos que componen la región Caribe.
Dentro de ese balance, Asoganorte precisó que de ellas, 2.957 bovinos murieron en Magdalena; 2.166 en Sucre; 798 en Bolívar; 167 en Córdoba; 72 en Cesar; 55 en Atlántico y 38 en La Guajira.
Uno de los factores que ha llevado a esta tasa de mortalidad en el sector ganadero de la costa Caribe colombiana es la escasez de alimento y agua por efectos del fenómeno de El Niño, conllevando también a una baja producción de leche, con una disminución del 40%, según lo expresado por Jorge Rodríguez, director ejecutivo de Asoganorte.
“Ya está llegando alrededor de 40% la captación de leche, teniendo como referencia el promedio entre los meses de noviembre y diciembre del año 2023, lo que quiere decir que en febrero de 2024 la producción puede seguir disminuyendo hasta llegar a un 50%, o, inclusive, pasando por encima de eso”, detalló el directivo gremial.
Rodríguez también enfatizó en el precio de los suplementos alimenticios para el ganado, los cuales hoy rozan valores exhorbitantes, advirtiendo que continuarán en aumento a medida que la situación meteorológica se vaya incrementando.
“Estamos pasando de un silo de maíz que costaba en el mes de diciembre 260.000 pesos, hoy está llegando a cerca de alrededor de 500.000 pesos la tonelada. Los concentrados siguen subiendo y nuestros campesinos no van a poder tener la forma de alimentar el ganado. Esto acompañado a que en la medida en que el verano se incrementa, la producción de nuestro ganado va disminuyendo”, recalcó.
En consecuencia, el director ejecutivo de Asoganorte aseguró que la producción de carne también estaría en serios problemas para la región, pues ante la falta de alimento en los potreros para las reses, las vacas presentan problemas para quedar preñadas y como resultado un retraso en el número de partos.