En el entretiempo del duelo contra Tolima, el DT César Farías sacó a quien estaba dándole la mayor explosividad al Tiburón, José Enamorado, llevando su salida a que el equipo perdiera dinámica en el segundo tiempo.
Por: Iván Peña Ropaín.
Es innegable que uno de los factores que incidió en la caída futbolística del Junior de Barranquilla de cara a la segunda parte en su juego ante Deportes Tolima, la noche del miércoles 4 de diciembre, fue una modificación inentendible para muchos y que efectuó en el entretiempo el DT César Farías.
Los asistentes en el estadio Metropolitano de Barranquilla “arrugaron la cara” cuando, sobre la línea de lateral, se observaban tres modificaciones de tajo, todas estas posicionales: Jhon Navia, Andrés Colorado y Yairo Moreno por Yeferson Moreno, Víctor Cantillo y José Enamorado, correlativamente. ¡El equipo la estaba haciendo bien como para cambiar tan temprano!
Sobre las sustituciones de Navia y Cantillo, la del primero fue por temas físicos y la del segundo porque devengó una molestia muscular, pero la de Enamorado no tuvo explicación alguna, por más que se supiese que fue por determinación del entrenador Farías.
Ante la salida del extremo barranquillero, fue indudable que el Rojiblanco perdió explosividad a la hora de llegar al arco defendido por William Cuesta. El 99 de Junior era quien le estaba dando la claridad y dinámica a su club a la hora de pisar las 16 con 50 del émulo de turno, que se aprovechó de ello para poseer la pelota y ser quien generase el juego ofensivo que lo llevó a la paridad a dos.
Tal movida en el banco de suplentes dejó dicha mala imagen entre los junioristas, no solo en los que estaban en las graderías del Metro, sino en quienes lo veían por televisión, por eso coinciden en que en la última fecha (6) ante el eliminado América el DT César Farías debe estar concentrado y leer bien los cambios en los momentos cruciales del compromiso.