Pese a tener varios años más para seguir jugando, este exjugador medellinense, que pasó por equipos como Pereira, Millonarios y Tolima, entre otros, “colgó los guayos”.
Por: Iván Peña Ropaín.
Santiago Montoya Muñoz es una muestra clara de que cuando se sabe administrar las ganancias, y muy buenas, que deja el mundo del fútbol a nivel profesional, esto ofrece una gama de opciones, después del retiro, para llevar un buen estilo de vida tanto para quien lo jugó como para su familia.
Sin importar que no se retire de la práctica de esta disciplina a la edad que generalmente lo hacen los futbolistas, entre los 38 y 40 años, haciéndolo en una en la que aún quedaban varios años más por jugar, si se manejan bien los recursos recopilados durante los años de carrera se podrá construir un buen futuro tal como le hizo Montoya Muñoz.
Este exfutbolista medellinense decidió “colgar los guayos” a sus 32 años, hecho dado el año pasado cuando juagaba para Motagua de Honduras, arriesgándose a invertir en una empresa propia relacionada con la construcción.
Lo que recaudó durante 10 años de carrera, pasando por equipos como All Boys de Argentina, Vasco de Gama Brasil, Vitórica Guimarães de Brasil, Tolima, Millonarios Bucaramanga y Pereira, canalizó su proyecto laboral en conjuntos de apartamentos. Expresó al respecto: “Tenemos apartamentos para arriendo, con locales comerciales, es bueno porque no requiere tanto mantenimiento y es alto el ingreso. Arrendamos cada uno a un millón, 1,5 millones, los apartamentos de unos 600 mil pesos y eso reunido es muy importante”.
Santiago Montoya debutó en la Selección Colombia de Fútbol de Mayores dirigida en ese entonces por José Pékerman, el 26 de enero de 2017, en un amistoso frente a Brasil, entrando al segundo tiempo por Macnelly Torres en ese juego en el que perdió la Tricolor.
Su retiro de la actividad futbolística a una edad que no es la acostumbrada, se produjo porque vio el fútbol como una página más de su vida y entendió que esta, después de todo, continúa.
Su presente, el que le pinta más futuro, contrasta con lo que sucede con muchos futbolistas que amasan grandes fortunas y, al no saber administrarlas, terminan en bancarrota y endeudados.