El féretro del deportista de 25 años será trasladado a su natal Santander.
Por: Iván Peña Ropaín.
A la sede de Medicina Legal, en Barranquilla, la mañana del viernes 30 de septiembre se acercaron personalidades, empresarios y entrenadores del mundo del ‘box’, así como periodistas de la ciudad, para acompañar a la familia del boxeador santandereano Luis Andrés Quiñones Guzmán, quien falleciera hacia la medianoche de este viernes en la Clínica General del Norte, luego de luchar por siete días por su vida en la Unidad de Cuidados Intensivos, a donde terminó luego de desplomarse en el ring en la pelea que sostuvo con el venezolano José Muñoz, el pasado sábado 24 de septiembre en el Coliseo Elías Chegwin.
Uno de los que habló ante esta lamentable noticia que enluta al deporte colombiano fue el entrenador del joven deportista de 25 años, Miguel Guzmán, quien no ocultó su dolor por el triste destino que tuvo Luis, un deportista al que muchos calificaron como íntegro y con una gran proyección en el ‘deporte de las narices chatas’.
A Impacto News su preparador Miguel precisó al respecto de la reyerta que representó para el nacido en Barrancabermeja la pérdida de su vida: “Para los que vieron el combate, fue una pelea de trámite normal de dos boxeadores invictos y en la que no hubo golpes contundentes, no hubo caídas o algo que lamentar en el transcurso de la misma. Simplemente unas circunstancias que se dan en un deporte de contacto y, desafortunadamente, le pasó eso Luis”.
Miguel Guzmán, notablemente embargado por la melancolía, recordó parte de sus inicios y lo que significó el boxeador barranqueño para él, relatando: “Lo acogí hace 5 años y después me uní con mi amigo Jhon Olarte y entre los dos le fuimos llevando su carrera, su vida personal y estoy muy dolido porque siento que se me fue un hijo, estoy bastante golpeado, pero gracias a Dios vamos pa’ lante”.
Continuó su sentida remembranza: “A Luis cuando me lo trajeron al gimnasio le vi las ganas, la pasión que tenía por el boxeo y sus deseos de salir y sacar a su familia adelante, detallando también eso que solo pueden ver los entrenadores y que pocos perciben, las condiciones boxísticas, tanto, que una vez lo pulí, lo dejé hasta la fecha con un invicto de 10 peleas ganadas”.
Trayendo nuevamente a colación el día de la contienda contra José Muñoz por el título nacional welter junior, Miguel contó en torno al asalto (8°) en el que cayó a la lona para no levantarse más: “El llegó a la esquina y le dije ‘muévete más y marca puntos, que tenemos que ganar la pelea’, respondiéndome él: ‘profe, voy con todo’”.
Sobre si siente alguna culpabilidad por lo sucedido, sostuvo: “Yo en este caso tengo la conciencia tranquila, porque yo en vida a Luis lo traté como un hijo, lo traté con mucho respeto, le enseñé valores y muchas cosas, lo que quiere decir que de allá (su tierra) no los trajera, pero sí le moldeé muchas cosas”.
Del instante en que Luis Quiñones cayó a la lona y de si imaginaba que se iba a levantar de una, el preparador boxístico se refirió: “Es que él no recibió golpe para caer a la lona, él cayó solo, es ahí cuando yo me subo al ring y miro. Le empiezo a quitar los guantes y las botas con mi equipo que estaba ahí, llamé al médico y lo atendió, manifestándonos que había que llevarlo a la clínica y lo llevamos enseguida. Si él hubiese recibido un golpe de pronto uno espera, pero él no recibió golpe cuando cayó, en el momento que caía como que le dio lo que fue”.
Finalizó manifestando: “Estoy dolido, se me fue un hijo. Él está en el cielo y sabe todo lo que hice por él y di por él”.
Informe: Ojito de la calle.