La pareja sentimental del joven, capturada por homicidio, no aceptó los cargos.
Con un corazón de madre destrozado, este 21 de agosto Rosemary Díaz, progenitora de Wilson Eduardo de Jesús Royero Díaz, médico barranquillero de 26 años de edad que murió de manera violenta en Anzá, Antioquia, alzó su voz para pedir justicia.
Wilson falleció el pasado domingo 18 de agosto tras sufrir una herida con arma blanca en el tórax, presuntamente, a manos de su pareja sentimental, Ximena Martínez, de 37 años de edad, quien fue capturada por la Policía.
En medio de un plantón, Rosemary relató en las afueras de la Abadía de La Ascensión, en la capital del Atlántico, los momentos previos al fallecimiento del joven:
“Cuando llegó al hospital, lo primero que mi hijo le dijo a su compañero y amigo fue: ‘Llame a mi mamá, compañero, intúbeme y me remite para Medellín, Ximena me apuñaló‘. Ellos empezaron a hacer la maniobra y lo intubaron, cuando lo iban sacando para trasladarlo, mi hijo entró en paro, los médicos comenzaron a reanimarlo, volví a llamar al comandante que atendió el caso, lo sentí estresado porque mi hijo estaba mal, se estaba muriendo. Me arrodillé, le pedí a Dios que protegiera a mi hijo, cuando me levanté el comandante avisó que acababa de fallecer, murió en esa agonía a las 4:30 a. m.”.
De inmediato, Rosemary Díaz emprendió el viaje hacia Anzá. “Llegamos al pueblo a las 2:00 p. m. e indagué con todas las personas; mi hijo era humilde, no era violento, porque educamos a nuestro hijo con valores y principios, era amoroso. Ella no aceptó los cargos, la fiscal le imputó homicidio simple y le dieron extramural, domiciliaria, en estos momentos se encuentra en su casa”.
La madre de la víctima hizo un llamado a las autoridades: “Yo le pido a la Fiscalía, a todas las autoridades que se haga justicia con mi hijo, porque ya no lo puedo tener, le he pedido al Señor la justicia divina, pero sé que él va a tener control de esto. Esa mujer lo maltrató, lo mató en una escena de celos porque ya no quería tener nada con ella, no se imagina el daño que me hizo como mamá, al papá y a toda mi familia, porque era mi pechiche, mi único hijo varón”.
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