El reconocido actor de doblaje revive sus recuerdos de infancia en la Arenosa.
Por: Sergio García.
Thanos, el emblemático villano en el Universo Cinematográfico de Marvel; el agente Hobbs (La Roca) de Rápido y Furioso; Jiren el Gris en Dragon Ball Super; el alcalde Diamante en Los Simpson; Hulk en la serie animada, el perrito Brian Griffin de la serie Padres de familia y hasta el profesor Jirafales de El Chavo en cómics, son personificados en el español latino por un actor de doblaje nacido en Colombia, más exactamente en Barranquilla.
Juan Carlos Tinoco Ripoll, es hoy por hoy, una de las voces hispanas más reconocidas del mundo y afirma sentirse orgulloso de sus dos apellidos barranquilleros y de su parentesco con la cantante Shakira.

Nuestro encuentro se dio en Maracaibo, Venezuela, a raíz de su participación en un festival internacional de voces de doblaje. Su voz retumba en las paredes del restaurante mientras conversamos. Con sutil elegancia sube y baja el tono grave que emiten sus cuerdas vocales, como si siempre tuviese en frente un micrófono profesional.
Con nostalgia repasa en su mente aquellos años maravillosos de infancia en el barrio El Recreo. Sus ojos brillan al recordar la casa de su abuela, que ya no existe y que estuvo ubicada en la carrera 47 con calle 51B, cerca a la tienda de doña Rosita. A pesar de irse a vivir a Bogotá a los 2 años de edad, sagradamente viajaba a Barranquilla en cada vacación escolar para disfrutar del olor de la guayaba, el mismo que atraía a Gabriel García Márquez y que lo hacía volver a la Arenosa.

Con algo de acento mexicano por sus años de residencia en el país manito, Juan Carlos o mejor, ‘Juanca’, como lo llamé, haciendo uso del argot barranquillero, nos cuenta que llegó al mundo del doblaje de voces por accidente. “A mis 16 años, mientras hacía bachillerato, fue que se notó mi cambio de voz cuando hablaba en público en el colegio.
Luego decidí estudiar ingeniería, pero lo curioso de mi voz natural no era lo que decía sino cómo sonaba. Siempre me decían que mejor estudiara locución. Y no fue hasta que perdí un semestre cuando me metí a estudiar esto, me fascinó y aquí estoy.
Tinoco confiesa que en Bogotá incursionó en la radio y que al inicio pensaba que ser locutor consistía solamente en anunciar discos y dar la hora, aspecto que no le disgustaba. A los 19 años, su voz espontánea le parecía más llamativa, pero empezó a prevenirse ya que todos se fijaban en él por su voz, por lo que decidió estudiar en la Academia Arcos y convetirse en un locutor profesional.
“En Colombia fui la voz del canal RCN por muchos años, grabé comerciales para varias agencias de publicidad, luego me fui a vivir a México y fui la voz de varias campañas publicitarias.
El mundo del doblaje
“Empecé a hacer locución como narrador de radionovelas y los actores con quienes trabajaba hacían doblajes, me di cuenta que ellos hacían cosas que yo como locutor no comprendía, así que aprendí lo que era ser un actor de doblaje, como utilizar las herramientas, las capacidades y las expresiones, sin imitar otras voces. Luego me fueron recomendando, hice trabajos que la gente aún recuerda y los productores de cine me siguieron llamando para doblar al español las voces de importantes personajes.
Juan Carlos Tinoco, a pesar de haber nacido a pocas calles de ‘7 Bocas’, popular lugar donde se realizaban famosas verbenas, confiesa no haber disfrutado plenamente de un Carnaval de Barranquilla, solo recuerda el sonido del picó que amenizaba los bailes de la caseta La Pantera Rosa.

Al cierre de nuestra entrevista, le prometimos a través de Impacto News invitarlo a presenciar la Batalla de Flores, la Gran Parada y a ‘enmaicenarlo’ para bautizarlo como un hijo ilustre de Barranquilla.