Astrid Cáceres rechazó los mensajes que deja el tema musical y su posible impacto en menores de edad: “Cada peso que se factura así, es un peso que acaba con las niñas de Medellín”.
Por: Laura Rocco
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar rechazó enfáticamente la más recientemente canción de Karol G, Feid, Maluma, J Balvin, Blessd, Ryan Castro y Ovy on the Drums.
“Rechazo a la canción +57 y lamentamos que talentos de nuestro país promuevan contenidos que fomentan el sexualismo a temprana edad”, señaló el instituto a través de sus redes sociales.
Ademas, indicó: “Es momento de dejar de normalizar música que no contribuye al crecimiento positivo de los adolescentes. #57”.
Desde su cuenta de X, Astrid Cáceres Cárdenas, directora del instituto, también se manifestó sobre la canción que ha causado gran polémica por su letra:
“Qué pasa con la canción y por qué no es un tema de ser conservadores… Pasa que juega con las pasiones que impulsan la pedofilia: 1. Dice que ‘inocente pero que no es así’, esa es una conducta primaria básica de querer dañar lo angelical, de sentirse maestros en ‘enseñar’. Pone como ‘inteligente’ que apague el celular cuando se va a rumba para que pueda perder contacto con redes que puedan salvarla o avisar. No imanginan lo que siente un papá, mamá o abuelita cuando un adolescente apaga su celular y no se sabe dónde está. Pone las drogas como parte normal de la rumba de manera que ellas sientan que ‘no hay problema’ y consuman para hacerlas presa fácil. La decisión de consumir en la adolescencia mediada por la presión de grupo y la desinformación no es decisión es imposición”.
Sobre el fragmento de la canción que ha generado más indignación a muchos ciudadanos (“Una mamacita desde los fourteen / Entra a la disco y se le siente el ki / Mami, estos shots yo me los doy por ti”), la directora del ICBF expresó:
“Las llama ‘mamacitas’ en la edad en que las niñas quieren sentirse grandes para tomar decisiones y les da el mensaje que eso es ‘ser grandes’ que los hombres las deseen es como ser grandes ya. Además, a esa edad la necesidad de aprobación es una moneda de cambio muy fácil. Las hace frágiles. Les diré lo que me dijo una niña de Medellín cuando hablamos de su amiga de 12 años que tuvimos que llevarla para desintoxicación: ‘ahh, ¿era el polvo blanco que nos daban? A… si a ella le quedó gustando’. En serio, las drogas en los niños es asesinato”.
Finalmente, Cáceres argumentó: “No es conservadurismo, es apología al delito, y x supuesto nos pronunciaremos más allá de redes. Además ‘+57’ ?? Promueven a colombia ??? A que llamen a dónde? A qué rumba? En Medellín? Las niñas y niñas de Medellín que creen en ustedes pueden seguir confiando? Cada peso que se factura así, es un peso que acaba con las niñas de Medellín. La letra por si piensan que es exageración… una cultura donde ‘la plata mata lo bonito’, literalmente”.