Las primeras informaciones puntualizan que el profesor se encontraba en un picó en el que se formó una balacera, siendo alcanzado por un proyectil aleatorio.
Siendo alrededor de las 3:00 de la madrugada de este domingo 8 de diciembre, en medio de una integración navideña en el Barrio Abajo de Barranquilla, fue asesinado en hechos confusos un hombre identificado como Rafael Herrera Hernández, de 63 años de edad.
La víctima, conocida cariñosamente como Baibol, era docente de matemáticas y se encontraba en un baile callejero por motivo de celebración del Día de las Velitas, cuando aparentemente fue alcanzado por un proyectil aleatorio en medio de una balacera que se presentó en el sitio.
Un amigo de Rafael contó que tenía más de 12 años que no pasaban un 7 de diciembre juntos, por lo que el reencuentro entre ambos fue efusivo. Incluso, señaló que se tomaron fotos, charlaron y recordaron anécdotas del pasado, pero sobre la medianoche se fue para su casa y dejó al docente en el picó, siendo avisado posteriormente, sobre las 3:00 de la madrugada que lo habían asesinado.
“Nos tomamos fotos, videos, nos reímos y charlamos, nos manifestamos cuanto era nuestro cariño y respeto mutuo. Sin embargo, me vine tipo 12 de la noche para mi casa, por dos motivos; primero, no estaba tomando, y segundo, en cuatro horas en una integración navideña no colocaron ninguna canción con alusión a la Navidad. Estando en mi apartamento, tipo 3 de la mañana, me colocaron un mensaje en el cual me daban el sentido pésame por la muerte de Rafa Herrera, algo que me sorprendió. Al preguntar me dijeron que lo balearon por estar cerca al picó”, relató el amigo del occiso.
Rafael Herrera fue llevado a la clínica Prado, donde lamentablemente se confirmó su deceso, pese al esfuerzo del personal médico poe salvarle la vida. Las investigaciones del caso fueron asumidas por personal de Policía Judicial.
“Baibol era un ser humano que no se metía con nadie, no era problemático, era sabio, prudente y profético, un hermano que te regala la vida, mi polo a tierra, mi confidente, mi baúl de secretos, siempre lo admire por su capacidad intelectual, estuvo por encima de las cosas materiales, vivió como quiso e hizo lo que amaba: dar clases. Fue el profesor de todos mis hijos, siempre tenía un sí para mí, mi amigo y hermano, ahora con quién voy a conversar, hablar, que falta me haces desde ya”, concluyó el amigo de Rafael en su sentido mensaje de despedida.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle